Las extorsiones siguen siendo el pan de cada día en algunos sectores conflictivos de la ciudad a pesar de que la Operación Relámpago se mantiene.
Hasta ahora, el operativo en el que los militares hacen retenes, patrullajes y operativos sorpresa, solo se ha implementado en el sector del Ocotillo, la aldea El Carmen y colonia La Ideal, y aunque ha reducido la cantidad de delitos y hechos violentos en esos sitios, algunos habitantes de estos sectores están resignados a que seguirán siendo extorsionados a través del llamado impuesto de guerra.
“Aunque ocultemos nuestro nombre no podemos dar información, porque ellos (los pandilleros) siempre se dan cuenta.
En ese sentido nos da igual que los militares estén aquí, eso no cambia nada, porque al final quien convive con el problema somos nosotros.
Tarde o temprano los soldados se van a ir y quienes se van a quedar viviendo con los delincuentes somos nosotros”, expresó una residente de El Ocotillo, quien por su seguridad no dijo su nombre.
Las autoridades policiales y militares coinciden en señalar que el principal inconveniente para erradicar el impuesto de guerra es que las víctimas no tienen el valor de denunciar y prefieren no brindar ningún tipo de información por temor a que los pandilleros tomen represalias.
A pesar de esto, Juan Flores Matute, comandante de la Operación Relámpago de San Pedro Sula, indicó que tienen conocimiento de algunos de los lugares en que se da más el problema de las extorsiones.
“En el crematorio el problema es que las pandillas se han apoderado del sector y están extorsionando a todas las personas que trabajan en ese lugar y a los que llegan a descargar desechos en los camiones. Pero hemos vigilado, y con trabajo de inteligencia ya estamos en camino de resolver ese problema y de identificar a los responsables, hemos dado pasos importantes”.