Tegucigalpa, Honduras.- Un equipo especializado de la Fiscalía Especial contra el Crimen Organizado le sigue la pista al escuadrón armado que desafió, con armas de nueve milímetros y fusiles de alto calibre, a un oficial de la Policía Nacional en Catacamas, Olancho, el pasado 28 de noviembre.
Los agentes de tribunales trabajan en la identificación de más de una docena de hombres armados que sembraron el caos ese día en las afueras de la iglesia católica de Catacamas, donde se celebraba una misa de cuerpo presente de Miguel Rafael Oseguera.
El incidente ocurrió luego de qué agentes de la Policía Nacional, encabezados por el jefe policial de la localidad, Cristian Nolasco, les solicitaron los permisos de portación de armas, y ellos se negaron a presentarlos; más bien, se enfrascaron por más de 45 minutos en una fuerte discusión con armas de fuego en mano, hasta que la Policía logró desarmarlos.
Los fiscales se trasladaron a Olancho y, conjuntamente con la Policía, están identificando a las personas involucradas, revisando los permisos de portación de armas y verificando si los documentos son válidos, informó Yuri Mora, vocero del Ministerio Público (MP).
Una vez recabados todos los indicios y pruebas, el equipo fiscal determinará si procede la interposición de un requerimiento fiscal contra los sujetos.
Otra fuente de la Fiscalía aseguró que la Policía Nacional ya trabaja en la cancelación de las 18 armas de grueso calibre decomisadas al escuadrón, que fue puesto en libertad el mismo día de los hechos.
Informes preliminares indican que el comando armado son guardaespaldas del clan Amador, vinculado al lavado de activos y al narcotráfico en Olancho, que mantiene estrechos vínculos con el poder político del país.
En los últimos días, más de 200 agentes fueron desplegados en puntos clave de la ciudad y en las principales acciones, rutas de acceso “para neutralizar las delictivas y capturar a personas vinculadas a hechos criminales”, informó la Secretaría de Seguridad.
Asimismo, se han implementado operativos de saturación y revisión aleatorias de vehículos con el apoyo de personal especializado de la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales (DNFE), así como unidades de investigación e inteligencia.
“Estas acciones fueron reforzadas luego de denuncias sobre la presencia de un grupo delictivo en la ciudad y otros actos que atentaban contra la seguridad de la población”, aseguró la Secretaría de Seguridad.