Los gritos desgarradores despertaron a los habitantes de la colonia España de este municipio.
Al salir a la calle se encontraron con una escena que sus ojos jamás olvidarán.
Una madre lloraba sobre el cuerpecito desmembrado de su hijo de apenas tres años de vida.
La conmoción, lamentos, angustia e impotencia se apoderaron de cada una de las personas que se acercaban al patio de la humilde casa, en la que apenas el domingo por la mañana el pequeño Frelin Humberto Márquez Hernández (3) jugaba a los carros y a los aviones sumergido en su mundo de dulces fantasías.
Fue ese día en horas del mediodía cuando el pequeño fue raptado por un hombre alto de tez blanca, cuando este jugaba en la calle, mientras su madre Delmis Yolanda Hernández se alistaba para ir juntos a misa.
Según testigos, el sujeto llegó a pie al sitio donde se encontraba el pequeño, luego de tomarlo se lo llevó a una cuadra de distancia, donde lo subió a un carro tipo camioneta, sin placas, color blanco, que había dejado estacionado y en el cual huyó con rumbo desconocido.
Desde su desaparición, la familia y amigos de estos iniciaron una búsqueda en la colonia y terrenos aledaños, de igual manera en otras comunidades cercanas, con el afán de encontrarlo con vida.
Las horas pasaban y la angustia de sus padres y el resto de la familia cada vez era mayor, nadie daba información del menor.
José Humberto Márquez y Delmis Hernández no desmayaban y utilizando una foto impresa en un papel recorrieron las calles y aldeas de Morazán, donde consideraban podía estar el pequeño, pero todo era infructuoso.
El lunes fue un día cansado para todos, la noche llegó y los que participaban en la búsqueda acordaron irse a descansar para aprovechar lo fresco de la mañana del martes para continuar con la faena, sin pensar que el destino les tenía algo macabro.
Escena macabra
Eran las 2:30 am del martes, la familia Márquez Hernández dormía cuando el silencio fue interrumpido por el ladrido de los perros de la colonia, los vecinos no le dieron importancia porque eso es normal en el lugar.
“Al escuchar a los perros me desperté y salí para ver qué sucedía, con la esperanza de que alguien viniera con mi pequeño a entregármelo sano y salvo, pero no fue así, la escena era macabra, espantosa y aterradora, mi niño estaba muerto y partido en pedazos”, lloraba sin consuelo el campesino José Márquez.
Los gritos y lamentos de los padres y hermanas del infante hicieron que el vecindario se despertara y fuese testigo de un hecho sin precedentes, nunca antes visto en Morazán.
Esta familia, que hoy llora la muerte de su hijo, llegó al lugar como damnificada por la tormenta Gamma en noviembre de 2005, donde lo perdió todo.
Gracias a la ayuda de un organismo internacional lograron tener una casa en esa colonia, hogar donde nació Frelin, que crecía sano y daba ese toque de alegría a sus padres.
De inmediato la noticia se corrió como pólvora en toda la zona, provocando conmoción y repudio de los habitantes.
No sé de dónde viene esto
El dolorido progenitor del pequeño dijo desconocer quién pudo hacerlo y la razón por la que se cometió este crimen; “soy un hombre luchador que me dedico a trabajar la tierra, no tengo enemigos, no sé qué buscan con hacerme esto con saña. En la tierra no hay nada oculto, esperamos dentro de poco saber quién mató a mi niño, esperamos en Dios que será castigado, pedimos a las autoridades que se haga justicia y que esto no se quede así”, apuntó.
Al igual que él, su compañera de hogar dijo no tener ni idea de quién pudo ser esa persona que se llevó a su vástago.
“Lo único que nos han dicho es que era un hombre alto de piel blanca y que se fue en un carro color blanco”.
La dama explicó que ella escuchó el motor de una motocicleta que se alejaba del lugar en horas de la madrugada, por lo que cree que el asesino se transportaba en ella y que así como se llevaron a su hijo tuvieron el valor de venir a tirarlo al mismo sitio de donde lo levantaron.
De inmediato fue avisada la Policía, que se desplazó al sitio para conocer de lo ocurrido.
A las 7:00 am llegó un equipo de Medicina Forense y agentes de la Dnic para obtener toda evidencia que puedan dar con el asesino del pequeño.
Por ser un caso delicado, los técnicos de la Dnic y médico forense se llevaron casi dos horas para levantar los restos del pequeño.
Las primeras pesquisas indican que este pudo haber sido llevado en una bolsa de nailon o saco, pues estaba sudado y con parte de su piel quemada por el calor.
Luego del reconocimiento de ley los restos fueron traslados a Medicina Forense de San Pedro Sula, donde sus familiares esperaban que se los entregarán para su vela y posterior entierro.
Rosa Sánchez, vecina de la colonia España y amiga de la familia Márquez Hernández, dijo que luego de lo sucedido hay temor en los habitantes del lugar porque ese tipo de escenas podrían repetirse, por lo que hizo un llamado a las autoridades mayor presencia en el sector.
La violencia que sacude a Honduras no excluye a los niños. En el 2008, un niño de dos años fue secuestrado y asesinado
por los delincuentes en el departamento de Olancho.
En 2011, en el departamento de Copán, otro menor de cuatro años fue asesinado
por sus secuestradores.