TALANGA, HONDURAS.-Llantos desgarradores se escucharon en el sepelio de la niña Nataly Montoya Márquez, de ocho años de edad.
Familiares, amigos y compañeros de escuela despidieron a la menor de edad quién falleció el miércoles presuntamente por envenenamiento tras ingerir unos chocolates.
A su corta edad fue víctima de la mala intención y el odio que se tienen entre adultos.
La familia de la niña sostiene que fue una mujer llamada Fany Carolina Torres la responsable de haberle entregado los dulces envenenados que acabaron con su vida.
La mujer que acusan y la abuela de la niña, Luz Marina Márquez, desde hace cuatro años mantienen una fuerte enemistad, y hasta se han agredido verbal y físicamente en varias ocasiones.
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El miércoles al salir de la escuela y llegar a su casa la menor dijo que se sentía mal y que no miraba, luego se puso morada y expulsó espuma por la boca.
Antes de expirar la niña contó a su familia que Fany le dio unos chocolates. El viernes en horas de la mañana, en el Cementerio General de Talanga, Francisco Morazán, se realizó el entierro de los restos mortales de la pequeña.
Ella cursaba el tercer grado en la Escuela Rafael Pineda Ponce, ubicado en la colonia Zapote Centro de Comayagüela.
Justicia
Una de las más afectadas fue Luz Marina Márquez, abuela de la niña quien también fue madre de crianza de la pequeña.
Ella no paraba de llorar en todo el entierro. Cuando llegó el momento de descender el ataúd la señora se descontroló más en llanto. Ella pidió a las autoridades que se haga justicia y que la muerte de su nieta no quede impune.
“Esa mujer (Fany) se metió con mi Nataly, me la mató, ahora puede ser otro niño, ya es demasiado, yo quiero justicia”, exclamó en llanto la señora.
Una vez que finalizó el sepelio, Luz Marina se quedó más tiempo observando la fosa sin poder creer que ya no existía. A su vez, los pobladores de Talanga, donde radica la mayoría de familiares de Nataly, repudiaron el abominable crimen.
Los pobladores de El Pedernal solicitaron a las autoridades que investiguen a fondo para que el crimen no quede impune. Ellos describieron a la niña como obediente, atenta, alegre y juguetona. Se conoció que la pequeña soñaba con ser una maestra para enseñarle a muchos niños.
Por otra parte, Fany Carolina Torres aseguró que ella no tuvo nada que ver con lo que le ocurrió a la niña y que ese día ella estuvo en su casa haciendo oficio.
El Ministerio Público lleva la investigación del caso y están a la espera de que esté listo el dictamen forense para determinar cuál fue la causa de la muerte de la menor.