Tegucigalpa, Honduras
La puesta en marcha del convenio de extradición de hondureños metidos en el narcotráfico y la formación de nuevas unidades para confrontar el trasiego de droga han sido fundamentales para lograr reducir el ingreso de drogas al país.
Billy Joya, analista en temas de seguridad y narcotráfico, aseguró que con el blindaje del escudo terrestre-aéreo-naval, las autoridades lograron disuadir a los carteles que han tenido que buscar nuevas rutas para transportar la droga que tiene como destino final Estados Unidos.
A las medidas adoptadas por el actual gobierno se le suma el intercambio de información con otros estados, lo cual es detectado por los carteles de la droga “que no están listos para esos movimientos, no están listos para hacer cambios porque hay que construir y contactar esas rutas o hacer nuevas”.
Según el analista, Honduras está atravesando una etapa de regresión, es decir que se ha capturado a los capos de la droga, se han incautado sus bienes, se ha aplicado la Ley de Lavado de Activos y “ahora estamos viendo de políticos, militares y policías porque el cáncer del narcotráfico se penetró gravemente durante las últimas tres décadas”.
Territorio hostil
Con la implementación de las diversas medidas por parte del Estado, “Honduras se ha convertido en un país altamente hostil para el tráfico de drogas, por lo que ahora las mismas cantidades de droga o más de las que se están produciendo tienen que derramarse (distribuirse) por otras vías. Entonces, lo que se distribuía a través de Honduras ahora lo hacen por Guatemala, El Salvador, Panamá y Costa Rica”