ATLÁNTIDA, HONDURAS.-“Limpieza en el pueblo. Ya no se aguantan los extorsionadores, ladrones y los vende droga. Ayer -martes 26 de septiembre- mataron una persona muy humilde en la comunidad y eso no lo vamos a permitir”. Este es el mensaje que apareció colgado en postes del tendido eléctrico hace unas semanas en la aldea El Pino de El Porvenir, Atlántida.
Más abajo del papel aparecía escrito el nombre de “Jeni y su marido” y el de 13 personas más. Seguido de otra leyenda que decía: “Aquí no queremos mareros ni grillos”.
La amenaza se concretó el martes alrededor de las 10:20 de la mañana cuando se escucharon fuertes detonaciones de arma de fuego. En ese momento, sicarios le daban muerte a Jeni Idalia Pineda Sánchez (27) y a su compañero de hogar Mario Joel Cálix (30).
La pareja se conducía en su vehículo tipo turismo por la carretera CA-13, a la altura de la colonia Monte Fresco de El Pino, cuando fueron acribillados a balazos.
Los sicarios aprovecharon que el vehículo bajó la velocidad para cruzar un túmulo que hay en la zona para dispararles y luego huir en el carro en el que se transportaban.
Los cadáveres quedaron en el interior del automotor, que permaneció encendido. El cuerpo de Mario Cálix quedó recostado sobre su mujer Jeni “la Gorda”, como era conocida en el pueblo.