TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Miro su foto y solo pienso que mi hijo no se lo merecía”, lamentó este lunes Elvin Izaguirre, padre del último de los muchachos encontrados asesinados en una montaña del municipio de Tatumbla y que estaba desaparecido luego de realizar una mudanza.
“Tengo presente como vino el Día de la Madre, sonriente, feliz y le dijo a mi esposa, mire mami, aquí le traje”, recordó el señor en medio de lágrimas.
Su hijo, el menor de cinco hermanos, decidió independizarse muy joven, “un año tenía trabajando, a todos les hemos enseñado a trabajar, tenía poquitas cositas, ayer me las trajeron de la Residencial El Dorado donde vivía”.
Los pensamientos aturden constantemente al padre de familia, mientras piensa en su hijo asesinado cruelmente, “duele, mire, esta era la segunda vez que le ayudaba a la pareja a pasarse de casa, la vez anterior fue ahí mismo en la Honduras, por eso lo llamaron porque él es muy servicial”.
El impacto de la noticia tiene sumida en depresión a una familia, “mi esposa tiene serios problemas, anoche se le estaban endurando las manos”.
A pocas horas de recibir el ataúd y sin tener la oportunidad de poder volver a ver el rostro de su muchacho por última vez “estoy orgulloso de mi hijo, sé quién era, sé que no andaba en malas cosas, lo amo con todo mi corazón y esto no se lo deseo a nadie”, concluyó el padre de familia.
