Un joven canillita de 14 años nunca imaginó que en su vida le tocaría vender el diario en el que se anunciaba la muerte de su padre a manos de criminales.
El mayor de cuatro hermanos, a quien se le omite su nombre por ser menor de edad, recuerda el día en que su padre Jonatan Perdomo (35), guardia de seguridad de una compañía financiera, fue ultimado por una banda de asaltantes en 14 segundos, hecho que fue grabado por una cámara de seguridad de la institución en la que laboraba.
“Yo salí a trabajar temprano, a las 4:00 AM, mi papá estaba dormido, quise despedirme de él pero mejor lo dejé descansar, porque siempre venía cansado del trabajo, de tanto pedalear, en la bicicleta”, dijo el mayor de los hijos de Perdomo.
El guardia era un padre ejemplar, manifestaron sus familiares, y desde su casa en los bordos de Río Blanco recorría varios kilómetros pedaleando en su bicicleta para llegar puntual a su trabajo todos los días, desde San Pedro Sula hasta Choloma.
Un día antes de su muerte, el celador había recibido su pago quincenal, por lo que el día de la tragedia decidió dejar su bicicleta en la casa e irse en bus, sin imaginar que era un viaje sin retorno.
Fue a trabajar por sus hijos
El joven contó que a su padre le gustaba el fútbol y que el día de su muerte tenía programado un partido con unos amigos, pero ir a hacer deportes significaba perder un día de trabajo, lo que dejaba a la familia sin 300 lempiras del pago diario del celador y fue por esa razón que Perdomo prefirió ir a trabajar para no dejar sin alimento a sus hijos.
“Mi papá siempre me dio buenos ejemplos y el murió como un héroe, haciendo su trabajo para traernos comida a la casa su familia”, dijo el mayor de los hermanos.
Tras la muerte de su padre, quien era el sustento de la familia, el menor decidió abandonar sus estudios pues sus planes se vieron frustrados, ya que el día del crimen tenía planeado ir junto a su padre a matricularse en el primer curso de plan básico en la jornada nocturna de un colegio de la comunidad.
Los vástagos de Perdomo hicieron un llamado al presidente de la República, Juan Hernández, para que ayuden a su madre tras la enorme pérdida.
“Le pedimos al presidente Juan Orlando que por favor nos ayude, nosotros no tenemos de dónde sacar para comer”, dijeron los pequeños en las afueras de su casa que está a punto de caerse. La Policía aún no ha capturado a los responsables del crimen.