SANTA BÁRBARA, HONDURAS.- Gloria Isabel Paz, madre de la hondureña Margie Tamara Paz que murió junto a su pareja en el interior de un tráiler en Texas, falleció el jueves (25 de agosto de 2022), según confirmaron familiares cercanos.
La familia no reveló detalles de la muerte de Paz, sin embargo, trascendió que fue debido al cáncer que sufría.
Según amigos de la fallecida, la salud de Paz se deterioró después de la muerte de su hija, además de la falta de dinero para costearse un tratamiento.
Amigos de la fallecida expresaron sus muestras de condolencias en las redes sociales por la muerte de la señora, dos meses después de su hija.
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“Mi flaca, mi corazón está destrozado, ahora ya estas junto a tu amada hija. Nuestra última llamada no fue suficiente”; “Gloria Paz que Dios te reciba en su bellas manos junto a tu hija, amiga, duele mucho”, fueron parte de las muestras de pesar.
Y es que según confesó la familia de Margie, la razón por la que la joven graduada de Economía quería recolectar dinero era para pagar la costosa cirugía contra el cáncer que su madre necesitaba, sin embargo murió asfixiada junto a otras 52 personas, incluyendo su novio y su cuñado.
Después de conocerse la muerte de la joven, su madre, quien estaba mal de salud mencionó: “Yo no estoy bien de salud y por eso ella hizo ese viaje, por mi salud, porque siempre que venía me decía ‘madre, yo tengo que trabajar para hacerte tu operación’”.
“Ella me dijo: ‘mire madre, yo voy a trabajar, a conseguir un buen trabajo para sacar ese dinero y poderla operar’, esas fueron las últimas palabras que yo pude escuchar”, manifestó.
UN SUEÑO CONVERTIDO EN PESADILLA
La tragedia ocurrió el 27 de junio, cuando la presencia de un tráiler estacionado de forma sospechosa alertó a los pobladores de un poblado en San Antonio, Texas, Estados Unidos.
El camión se desplazaba cerca de la autopista New Laredo en el suroeste de la ciudad que experimentaba una temperatura de 102 grados, por lo que el calor más el hacinamiento provocaron que las decenas de personas murieran asfixiadas, varias fueron hospitalizadas y sobrevivieron.
Margie había salido de Santa Bárbara, en Honduras, acompañada de su novio Alejandro Miguel Andino Caballero y su cuñado, Fernando José Redondo Caballero. Los tres tenían el deseo de llegar a Estados Unidos para poyar económicamente a sus familias, pues a pesar de tener estudios universitarios, no lograron encontrar trabajo, según lo revelado por Karen Caballero, madre de los dos varones.
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La acongojada mujer detalló que fue ella misma quien acompañó a los tres jóvenes hasta Guatemala, pero en el resto del camino les tocó avanzar solos.
“Nadie se imaginó que algo así iba a pasar. Les di mi bendición y les dije: triunfen”, lamentó.
SEIS HONDUREÑOS MUERTOS
En el mortal incidente también perdieron la vida otras tres hondureñas, por lo que la cifra de compatriotas muertos se elevó a seis.
Las otras víctimas respondían a los nombres de Adela Betulia Ramírez Quezada, originaria del departamento de Cortés y Yazmín Nayarith Bueso Núñez (37), quien había sido reportada como pasajera del denominado “tráiler de la muerte”, pero que se desconocía el paradero de su cuerpo, pues inicialmente solo se sabía que sus documentos estaban en el vehículo que viajaba repleto de indocumentados.
La sexta fallecida respondía al nombre de Belkis Esmeralda Anariba Cáceres, de 33 años, residente en Victoria , Yoro, según su identificación.
El 22 de julio llegaron a Honduras los cuerpos de los connacionales, para ser entregados a sus familiares.
Los restos de los seis migrantes fueron trasladados hasta el Aeropuerto Ramón Villeda Morales a las 8: 40 de la mañana, luego de que el vuelo hizo escala de la ciudad de Miami a San José, Costa Rica.
La Cancillería de Honduras realizó las gestiones para el traslado de los cuerpos que llegaron en un avión comercial, ya que el avión presidencial, que inicialmente se encargaría de la misión, estaba en reparaciones.
La repatriación tuvo un costo de 28,200 dólares que fueron absorbidos en su mayoría por el gobierno, aunque hubo solidaridad de parte de los empresarios Yusuf Amdani y Mateo Yibrín que dieron 7,700 dólares.