TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Como padre, yo aún tengo vivas las esperanzas que mi hijo esté vivo, ese quinto cuerpo que falta y que no hayan reconocido aún a los demás, me da vida”, comentó Elvin Izaguirre, padre de uno de los jóvenes desaparecidos en la mudanza de la Residencial Honduras.
En cadena de oración, sin dormir, con una mano pegada al celular y la vista fijada en la televisión para monitorear en los medios de comunicación cada avance del caso, Izaguirre no pierde la fe.
“Si existe aún una posibilidad, por esa posibilidad estamos orando, yo tengo fe, mi hijo aún no ha sido encontrado”, relató.
Consternado por la identificación de dos de los cinco muchachos, lamentó “mis oraciones para la familia de cada uno de ellos, yo no me voy a mover hasta que ya los cuerpos estén en la morgue y se puedan identificar, pero le digo como padre, tengo un rayo de esperanza”.
Decepcionado de las autoridades, el padre del muchacho cuestionó, “como es posible que tengan capturadas las personas desde el lunes y hasta ayer viernes digan que ya saben donde están los cuerpos, cómo no les sacaron esa información desde antes”.
Las dudas se apoderan del hombre, que no termina de confiar en las palabras de los investigadores, “supuestamente los mataron el mismo día de la mudanza y si ya tenían todo por qué no decirnos, por qué alargar y decir que estaban avanzando”.
El caso
El 23 de junio, Roger Alberto Coleman (24) y Annie Rachel Villatoro (30), se mudaban de la casa que alquilaban en la Residencial Honduras de Tegucigalpa, capital de Honduras, hacia una nueva vivienda que encontraron en renta en Marketplace, de Facebook.
Sus amigos Kenneth Gabriel Cruz (20), Alejandro Enrique Aceituno (26) y Elvis Josías Izaguirre (20) decidieron ayudarlos a pasarse a su nuevo hogar y consiguieron un vehículo prestado para transportar sus enseres.
Lamentablemente, cuando volvieron por un segundo viaje para llevar sus cosas, todos desaparecieron.
Tras días de angustia, el viernes 28 de junio las autoridades confirmaron el hallazgo de cuatro de los cinco desaparecidos, pero ya sin vida.
Se cree que fueron asesinados por miembros de la Pandilla 18, organización criminal que opera en la colonia Mirador de Oriente, a donde se iban a mudar.
Los cadáveres estaban en un sector montañoso del municipio de Tatumbla, en Francisco Morazán. Pero aún queda un cuerpo por encontrar.