COMAYAGUA, HONDURAS.- El amor por un lote de tierra pudo más que el cariño hacia sus deudos, a tal grado de no importarle su parentesco al ultimar a su propio hermano y su sobrino.
Padre e hijo fueron ultimados a machetazos y a disparos, al alba del día miércoles 1 de mayo, recién pasado, en la zona central del país.
Las víctimas fueron identificadas como Teodoro García Martínez, de 40 años de edad, y su hijo Juan Ángel García Ramos, de 21 años.
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Doña Santos Ramos, tía de Juan Ángel y cuñada de Teodoro, contó que “ellos salieron de la casa bien de madrugada porque iban para una aldea de La Libertad, en Comayagua, a visitar a la suegra de mi sobrino Juan Ángel”.
A ellos les acompañaba una menor de 15 años de edad, compañera de hogar del joven Juan Ángel. Con ellos iba una bestia en la que llevaban dos quintales de frijoles y en la que también iba montada la adolescente.
Las tres personas habían salido del caserío Vallecillo, en el municipio de Lepaterique y caminarían unos 62 kilómetros para llegar a La Libertad, Comayagua. Cuando transitaban por una zona montañosa, cerca del caserío El Guarumo, de Comayagua, los tres viajeros se detuvieron en una quebrada para descansar un poco y darle agua al caballo.
“Eran dos hombres los que los atacaron, primero machetearon a mi cuñado y después a mi sobrino, a la muchacha no la mataron por que ella se tiró del caballo y logró meterse al monte cuando estaban matando a Juan Ángel y a Teodoro”, narró doña Santos Ramos.
Pelea por la venta de un terreno
Los parientes de los fallecidos comentaron que todo pudo deberse a un pleito reciente que tuvo Juan Ángel con uno de sus tíos, por la venta de un terreno propiedad del muchacho. Aparentemente, el hombre quería que Juan Ángel le vendiera el terreno a él y no a un particular, por lo que se derivó la rencilla.
El doble parricidio habría sido cometido por dicho familiar en compañía de otro hombre; victimarios que aún andan prófugos de la justicia.
El cuerpo de don Teodoro García fue sepultado ese mismo miércoles, ya que la familia se opuso a que fuera llevado a Medicina Forense, entre tanto las autoridades si lograron llevar el cuerpo de Juan Ángel, para que le fuese practicada la autopsia médico legal.
Ayer, su madre y la menor con quien hacía vida marital retiraron el cuerpo de la morgue del Ministerio Público y luego fue trasladado a la aldea Vallecillo, en Lepaterique.
Tanto don Teodoro como su hijo se dedicaban a la agricultura y eran personas de bien en su comunidad, manifestaron sus amistades.
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