TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Salió de su casa con la intención de recoger a su compañera de hogar en la estación de buses cercana a su vivienda, pero para desdicha de su familia sólo fue a encontrar la muerte.
Se trata de Mario Antonio Ordóñez Osorio, de 54 años de edad. A eso de las 6:15 de la tarde del lunes, con la oscuridad de la noche cayendo, don Mario se sentó en la caseta de la estación de buses de la aldea La Trinidad, de Sabanagrande, en el kilómetro 25 de la carretera CA-5, hacia el sur del país.
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Como casi todos los días, su esposa regresaba más o menos a esa hora de la capital de la República, donde labora, y don Mario la iba a encontrar en la estación para que no se fuera sola por el oscuro camino hacia el sector de Los Chinos, donde residen, en La Trinidad.
Acababa de llegar a la estación
Tenía pocos minutos de haber llegado al sitio en mención cuando sujetos a bordo de un vehículo se estacionaron frente a la caseta y le pidieron todas las pertenencias; el hombre desistió de dárselas y forcejeó con ellos. En ese momento, uno de los asaltantes desenfundó un arma de fuego y le disparó en reiteradas ocasiones, matándolo casi en el acto.
Los delincuentes abordaron el carro y salieron huyendo con rumbo desconocido. La primera hipótesis indica que su muerte se debió al asalto, sin embargo, esto no ha sido comprobado.
Agentes policiales y personal del Ministerio Público hicieron el levantamiento de ley para llevarlo a la morgue del Ministerio Público, en la capital. A esta zona rural del país se han ido a refugiar pandilleros provenientes de la capital para operar desde esos sectores.
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