Mostró una frialdad estremecedora. Era su compañera de vida los últimos siete años, la madre de su hija y la mujer a la que le juró amor eterno.
Estaban en la casa de ella, en el cuartito que habían convertido su hogar, el resto de la familia se movía entre las otras habitaciones y los pasillos y, como si fuera un guión de terror, su pequeña estaba presente.
Sin embargo, nada evitó que Cristian Calixto Marcía Flores (32) le quitara la vida de una forma despiadada y desalmada con un martillo a su pareja Mónica Krissel Betancourt Ramírez (23) en la noche del pasado domingo, según la versión de los familiares de la víctima.
El crimen ocurrió dentro de la habitación que compartía la pareja en la vivienda de la familia Betancourt Ramírez en el barrio Guamilito, sector de Sipile, en Comayagüela, capital de Honduras.
El presunto hechor huyó con rumbo desconocido minutos después de cometer el crimen y el llanto de su hija, al ver a su madre golpeada, fue el que despertó la alerta de la familia para descubrir lo que había sucedido.
Horror
Uno de los hermanos de la joven relató la desagradable sorpresa que recibió el hogar al entrar a la habitación y ver a su ser amado en estado de agonía.
Según Denis Orlando Betancourt, la pareja pasaba por una crisis amorosa al punto que decidieron separarse, lo que habría sido el detonante del horrendo delito.
Incluso, ellos formalmente no estaban involucrados en una relación, pero el marido siguió conviviendo por unas semanas en la casa. '(Él) ayer (domingo) se iba de la casa del todo, estuvo todo el día en la casa, con la niña', explicó Betancourt.
Mientras que Krissel estuvo con su madre durante el día. Al caer la noche, ella decidió ir a acostarse, pero su madre -a manera de un extraño presagio- le advirtió que 'si estaba enojada con su pareja, que no se fuese al cuarto'.
Sin embargo, Krissel no hizo caso, sin saber que dentro de su habitación le esperaba un hombre cegado por los celos y un corazón frío.
+Fotos: Así de bella era Mónica Krissel, la hondureña que perdió la vida a manos de su pareja
'Se fue a su cuarto y cerró su puerta'. Esa fue la última vez que la vieron con vida. La última oportunidad para ver su cabellera teñida de rojo, su rostro angelical y sus ojos profundos.
Aunque la familia desconoce a detalle cómo ocurrió el homicidio, el entrevistado presume que el sujeto le asestó dos golpes con una almádana de cuatro libras contra el cráneo de su hermana.
Los presentes esa noche no escucharon ningún grito, por lo que creen que Cristian Calixto primero asxifió a Krissel para no despertar sospechas.
Un pasado sin antecedentes de violencia sorprendió al hogar Betancourt. 'Nunca habíamos escuchado discusiones, nunca tuvo él problemas físicos hacia ella. Sería mentiroso decirle que sí', relató el hermano.
El presunto hechor salió con calma. Otro hermano relató que, aún sin saber el horrendo crimen que había ocurrido, 'solo miró que (el hombre) se lavó las manos, cerró la puerta de habitación y dijo adiós'.
Fue por la bulla de la niña de apenas cuatro años que las alertas se dispararon. De forma ingenua, la familia pensó que el llanto de la menor se debía a la salida de su padre.
'¡Papi! ¡papi! ¿Dónde estás?', gritaba la infante sin cesar. Cuando sus sollozos se alargaron, alrededor de las 9:50 de la noche, la abuela decidió asomarse a averiguar qué ocurría.
La madre de Krissel pensó que su hija 'estaba dormida o que no andaba en sus cinco sentidos' para no atender a su vástaga. Como no respondía, tomaron el asunto muy en serio.
Un hermano se asomó por la ventana del cuarto y miró a Krissel acostada con una toalla encima. Al entrar, en lugar de ver a la joven en un sueño profundo, vivió el episodio más traumático de su vida.
'Estaba acostada con una toalla en la cabeza, (mi hermano) la levantó y se asustó al verla desangrada', relató el entrevistado.
Por todos los medios posibles, la familia se apresuró a llevar a la joven al hospital, pero 'mi hermana ya venía muerta'.
La familia retiró con sumo dolor este lunes el cuerpo de su pariente, mientras que la Policía anda detrás del paradero del sospechoso.
