La operación 'Arpía', el histórico traslado de 755 peligrosos reos del penal de San Pedro Sula a la cárcel El Pozo, se ejecutó con un día de anticipación por temores a un posible amotinamiento.
Así lo reveló este viernes el gobierno de Honduras a través de un comunicado de prensa acompañado de un video que muestra al presidente Juan Orlando Hernández coordinando la operación a través del Sistema Nacional de Emergencias 911 y Ciudad Inteligente.
Según el boletín, el mandatario giró la orden de efectuar el traslado luego conocer que integrantes de maras y pandillas al interior del centro penal portaban granadas y fusiles R15 con total impunidad.
De esta forma, las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP) y de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) coordinaron la operación.
No obstante, “de dos días para acá (el día de la operación), hemos empezado a ver evidencia de que ellos pueden estar preparándose para algo fuerte, que desafía al Estado, que desafía el traslado”, comentó el presidente en el video mientras conducía su vehículo hacia el centro de monitoreo en el 911.
Con la tranferencia a El Pozo, en Ilama, Santa Bárbara, occidente de Honduras, los peligrosos reclusos pierden una serie de privilegios, por lo que se oponen a “que se les vaya a mandar a un lugar adonde no van a tener esas libertades, sino que van a estar literalmente recluidos como deben estar', reflexionó.
El riesgo inminente de un hecho mayor, según muestra el material, fue lo que motivó al mandatario a adelantar los planes para la movilización hacia centros de máxima seguridad edificados con fondos de la Tasa de Seguridad Poblacional.
El día de la operación y una vez concluida con éxito, el gobernante hondureño mostró el video captado con cámaras de seguridad en el que se observa a dos reos vigilando desde una terraza del centro penal de San Pedro Sula con granadas y fusiles R15.
En el presidio sampedrano estaban recluidos miembros de la Mara Salvatrucha y el Barrio 18, por lo que para 'evitar que los integrantes de ambas organizaciones se enteraran de lo que estaba sucediendo con sus rivales, la intervención de ambos módulos se hizo de manera simultánea'.
En ese sentido, Fusina dispuso abrir un boquete en el muro perimetral para sacar a los miembros de la Salvatrucha a través de ese punto y que de está manera no se encontraran durante el traslado con la pandilla 18.
Para la histórica operación se necesitó el involucramiento de al menos 4,000 elementos militares y policiales, que desde horas de la madrugada del pasado miércoles se apostaron en los alrededores del centro penal.
