SAN PEDRO SULA, HONDURAS.- Ni siquiera ha cumplido 20 años y no tiene ni 90 minutos en Primera División, pero
Júnior García ya se ha dado el lujo de amargar al equipo que más invierte en el país: al minuto 90+2 el hijo favorito de San Francisco de Atlántida conectó de cabeza un centro preciso de Mario Martínez para encender el fuego en los corazones españolistas, que le robaron un punto al millonario León...
Fue la última llegada de peligro de un Real España que pasó gran parte del juego metido en su campo, sobre todo desde el minuto 62 que Getsel Montes se fue mal expulsado (no era para roja la falta contra el portero Edrick Menjívar); con uno menos y con el golazo en contra de Alejandro Reyes, la Máquina encendió todas la velas para que su ídolo Mario Martínez se iluminara en la entrada del área... y así fue.
Fue la última llegada de peligro de un Real España que pasó gran parte del juego metido en su campo, sobre todo desde el minuto 62 que Getsel Montes se fue mal expulsado (no era para roja la falta contra el portero Edrick Menjívar); con uno menos y con el golazo en contra de Alejandro Reyes, la Máquina encendió todas la velas para que su ídolo Mario Martínez se iluminara en la entrada del área... y así fue.
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Después de la inocente falta de Yusting Arboleda, el golpe franco le quedó en el mejor perfil al Super Mario, que miró exacto el desmarque de Júnior García para ponerle la pelota en la cabeza, justamente para que el juvenil le cambiara las coordenadas a Menjívar y dejara sin valor la horrible marca del central Paz.
De esta forma el Búho sentenciaba a un Olimpia que en intenciones tuvo la mejor propuesta pero que no pudo cuidar en el minuto final la joya de gol que había regalado Alejandro Reyes, parte de la revolución que mandó Pedro Troglio cuando pateó el tablero en el complemento.
Cristian Maidana y Alejandro Reyes se perfilaron para cubrir los metros que por cansancio dejaban libres Edwin Rodríguez y Jorge Álvarez.
Y en 72 minutos el partido por fin se abrió. La lata se rompió. Reciba y vaya decían en el barrio y así la hizo el zurdo Reyes: recibió, encaró, quitó dos y quedó libre; afiló el machete y soltó un misil que dejó helado a la Buba López, hasta ese momento la gran figura españolista (había contenido un fogonazo de Deybi Flores y otro zurdazo de Yusting Arboleda).
Pero el pecado capital del Albo volvió a rondar el Olímpico. Equipo que perdona, pierde... o al menos empata. Y vaya cómo duele, León.
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