TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Problemas personales y actos propios de miembros de la Pandilla 18, serían las principales hipótesis del asesinato de tres privados de libertad en las celdas de máxima seguridad de la Penitenciaría Nacional de Támara.
“Son actos propios de ellos por mantener sus propias reglas o querer imponer sus formas de guiarse, pero con esto lo que van a traer para ellos son medidas coercitivas mayores a las que tenían”, dijo el coronel Ramiro Fernando Muñoz Bonilla, comandante de la Policía Militar de Orden Público (PMOP) y presidente de la Comisión Interventora del Sistema Penitenciario Nacional, que tiene a cargo la seguridad en las cárceles del país.
Los tres privados de libertad y miembros de la Pandilla 18 que perdieron la vida por estrangulamiento al interior de las celdas, fueron identificados como: Norlan Alcides Ardón, alias “Lucifer”; José Virgilio Sánchez Montoya, alias “El Pechocho” y Mario René Castillo Ávila, alias “El Cuervo”.
Muñoz dio a conocer que el hecho de la muerte de los tres privados de libertad se reportó a las 4:00 de la tarde del domingo y Medicina Forense dictaminó que la muerte se debió a estrangulamiento usando plásticos y quedando cerca en un módulo estrecho.
Los cadáveres de los reclusos fueron trasladados a la morgue capitalina y hasta la tarde de ayer no habían sido reclamados por los familiares.
José Virgilio Sánchez Montoya, alias “El Pechocho” estaba cumpliendo tres condenan por el asesinato de 19 personas, entre ellos los 17 asesinados en la zapatería el 7 de septiembre de 2010 en el barrio San Francisco de San Pedro Sula y cumplía una pena de más de 500 años de cárcel.
Norlan Alcides Ardón, alias “Lucifer”, fue ingresado a la penitenciaría el 10 de octubre de 2002, acusado por asesinato, lesiones y asociación ilícita y debido a su mal comportamiento fue trasladado a las celdas de máxima seguridad en Támara. De Mario René Castillo Ávila alias “El Cuervo” no se tiene mayores detalles, sólo que también era miembro de la estructura criminal.