Sucesos

Velan restos del padre Enrique Vásquez en su natal Agua Azul Sierra

El sábado 5 de marzo, a las 9:00 de la mañana, será trasladado al cementerio de la zona para su entierro
04.03.2022

SAN PEDRO SULA, HONDURAS.-Luego de una misa de cuerpo presente en la Catedral San Pedro Apóstol de San Pedro Sula, los restos del padre Enrique Vásquez fueron trasladados hasta su tierra natal, Agua Azul Sierra, Cortés, en el norte de Honduras.

Sus vecinos, amigos y familiares, devastados, ya tenían todo listo para velar a “Quique”, el querido sacerdote que deja un vacío irreparable.

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Vásquez Cálix es velado en su casa de habitación, donde colocaron carpas para las personas que lleguen a despedirlo.

Su familia se encuentra sumamente consternada, sin embargo, aseguraron esperar la justicia divina, pues “Quique” siempre fue un hombre de bien.

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El sábado 5 de marzo, a las 9:00 de la mañana, los restos del sacerdote serán trasladados al cementerio de la zona para su entierro.

El padre José Enrique Vásquez, de 47 años de edad, cumpliría en octubre próximo los 19 años de ordenación sacerdotal.

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El féretro del padre Vásquez llegó después del mediodía hasta la vivienda de sus padres.

Macabro hallazgo

Desde el miércoles anterior en horas de la mañana, sus familiares, feligreses y sus compañeros sacerdotes perdieron comunicación con el querido padre “Quique”. Nunca más volvió a responder las llamadas telefónicas ni mensajes que sus seres queridos le enviaban para conocer su paradero.

El padre salió por última vez de la vivienda de su progenitora en la aldea Agua Azul Sierra, en Santa Cruz de Yojoa, a bordo de un vehículo con dirección a su parroquia, donde le esperaban sus feligreses para celebrar la eucaristía de Miércoles de Ceniza, pero no llegó.

Las alarmas se encendieron a las 6:00 de la tarde al notar que el padre no aparecía por ninguna parte y de inmediato fue reportado como desaparecido en la Policía Nacional.

Veinticuatro horas antes se había reportado el macabro hallazgo de un cuerpo sin vida sobre el puente del río de la Regina, en Victoria, Yoro.

El cuerpo estaba tirado boca abajo y vestía una calzoneta roja, camiseta naranja, sandalias estilo crocs y gorra negra.

En la escena del crimen, las autoridades policiales encontraron seis casquillos de bala, pero la víctima no había sido identificada y fue trasladada en calidad de desconocida a la morgue judicial sampedrana.

La autopsia realizada por los médicos forenses reveló que el cuerpo tenía seis disparos en la cara, por lo que se concluye que murió inmediatamente.