Tiene sentido pensar que luego de que el cuerpo permanece cerca de ocho horas sin ingerir ningún tipo de bebida o alimento durante el sueño, es normal que amanezca deshidratado y con las reservas de glucosa muy bajas, pidiendo a gritos alguna fuente de energía rápida.
“El cuerpo humano está preparado metabólicamente para obtener energía de manera muy rápida a través de los carbohidratos, no así de la proteína ni de la grasa, por ende, estos primeros son una excelente alternativa a tempranas horas”, informó la nutricionista Patricia Vial.
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Beneficios
La especialista mencionó que desayunar de una forma adecuada está asociado a un mejor mantenimiento del peso corporal, menor incidencia de diabetes, de enfermedades cardiovasculares y de estreñimiento, entre otros beneficios.“Los niños que desayunan bien tienen mejor rendimiento en la escuela, sobre todo en tareas que involucran la memoria, la participación y las matemáticas. En adultos, la retentiva también es mayor y la productividad laboral aumenta enormemente”, apuntó Vial.
Además, comentó que al permanecer tantas horas corridas sin adquirir nutrientes durante la noche, el nivel de glucosa en la sangre al día siguiente es tan bajo que provoca irritabilidad, cansancio, sueño y falta de concentración
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Recomendaciones
La nutricionista Patricia Vial indicó que un desayuno saludable debe incluir agua, un carbohidrato, un lácteo, una fruta y una fuente adicional de proteínas.Una dieta estricta no es la única opción. Un día se puede comer una o dos rebanadas de pan integral, un huevo, un trozo de queso, alguna fruta y acompañar con un vaso de agua.
En esa línea, en otra ocasión se puede optar por avena con leche, una fruta, un trozo de pavo y agua; lo importante es variar sin dejar de incluir los alimentos básicos.
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No deben estar presentes bebidas con altos contenidos de azúcar, comidas fritas o chucherías con índices elevados de grasa porque, aunque aportan calorías, no añaden casi ningún nutriente al organismo.
Hay que hacer un alto y entender que lo que comemos diariamente tiene un impacto muy fuerte en nuestra salud a mediano y, sobre todo, a largo plazo.