Tegucigalpa, Honduras
Arropados por el verde de la naturaleza, un camino en tramos pedregoso y pavimentado es parte del paisaje que nos condujo a Las Marías, San José, en el departamento de Choluteca.
Luego de cinco horas de camino, por haber permanecido en uno de los retenes que se mantienen por la construcción de la carretera del sur, más de 130 personas esperaban alegres en las afueras del centro de salud de la comunidad.
La razón del júbilo no era la llegada de un carnaval, sino de la gratitud, pues con anticipación habían sido informados de que llegaría una brigada médico-odontológica.
Los galenos que viajaron junto a EL HERALDO y la Fundación Javier forman parte de la Dirección Nacional de Intervención Social (Dinis).
Seis médicos generales, dos odontólogos y nueve enfermeras fueron los encargados de ofrecer el servicio médico que urgía esta localidad.
El establecimiento asistencial es de reciente construcción y edificado con fondos municipales, sin embargo, el médico asignado solo puede acudir dos veces por semana, pues atiende además otra comunidad vecina llamada Coraicito.
A esto se suma que la farmacia del sanatorio permanece desabastecida y solo posee, de manera esporádica, el cuadro básico de medicamentos.
“Estamos felices de que se brinde atención a nuestra comunidad porque la salud es una necesidad que tiene nuestra población, en especial los niños y adultos mayores”, comentó María Guerrero, del proyecto Pancitas Felices, que está a cargo de la Fundación Javier.
Salud y bienestar
De pronto aquel centro de salud que solo contaba con un par de sillas, un estante vacío en la farmacia y unas cuantas mesas se transformó en un verdadero establecimiento sanitario.
Las clínicas fueron equipadas hasta con sillas dentales, nebulizadores y los estantes de la farmacia se llenaron con medicamentos.
Las atenciones odontológicas consistieron en la aplicación de flúor a menores, limpieza dental y extracciones a personas de todas las edades.
Mientras que en medicina general se atendió a pacientes con cuadros de depresión, fatiga, dolor muscular, presión arterial alta, gripe y problemas gastrointestinales.
“Nos recibieron con abrazos, sonrisas y hasta con lágrimas, las personas están agradecidas, pero este es nuestro trabajo, por ello entregamos medicamentos de primera calidad y para que tengan su tratamiento durante un mes”, comentó Samaria Mejía, representante de Protección Social de Dinis.
Los medicamentos entregados a los pobladores no son muestras, sino que el fármaco completo, los que son comprados con recursos de la tasa de seguridad y donaciones de organizaciones como Capacitación, Educación, Producción, Unificación, Desarrollo y Organización (CEPUDO).
“Hemos beneficiado también a varios pacientes que padecen enfermedades que requieren atención en un hospital para apoyarlos en su tratamiento”, manifestó Mejía.
Para la jornada médica se preparó un lote de fármacos valorado en 250 mil lempiras.
De acuerdo con Karla Palacios, gerente administrativa de Dinis, llegar con el servicio de salud a zonas recónditas del país es una satisfacción, razón por la cual dejaron algunas medicinas, para que el galeno que atiende la comunidad pueda ofrecer un mejor servicio a los enfermos.
Más milagros
Juana Corea, de 106 años, es una de las habitantes de Las Garzas, comunidad cercana a Las Marías, la abuela también recibió asistencia médica, un colchón y alimentos.
La familia de Facundo Godoy, integrada por ocho personas, también fue beneficiada con dos colchones, una mesa y siete sillas, debido a que por hogar apenas poseen una galera con techo de láminas que les han donado.
Al final de la jornada el equipo solidario concluyó que vale la pena ayudar de corazón y no solo por cumplir una asignación.
