TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Vagando por las calles capitalinas hambrientos y sedientos, con la cola entre sus patas, aturdidos por el ruido de la ciudad y en muchas ocasiones con heridas físicas y psicológicas terminan miles de animales domésticos en el Distrito Central.
Factores como la reproducción sin control y que muchos mueren atropellados o por distintas enfermedades, dificulta conocer el número exacto de los desafortunados animales de nadie, bautizados como “callejeros”.
Según la directora de la Casa de Noé (Lacaden), Silvia Alfaro, la cifra aproximada de animales abandonados ni siquiera la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) o la Secretaría de Salud la conocen.
No obstante, ellos estiman que la cifra incrementó drásticamente en los últimos años y podría llegar hasta los cien mil animales, especificó que los más afectados son los perros y gatos.
Construcción en suspenso
A casi tres años de la promesa de recibir un predio para construir un recinto que dé cabida a los animales olvidados por sus dueños, la rescatista recordó que en su momento recibió de la comuna un terreno a inmediaciones de El Sitio.
Sin embargo, el lugar, además de estar en una “zona caliente”, se sitúa en una quebrada y según las opiniones de un ingeniero y un arquitecto, el lugar no es apto para edificar el albergue, pues recomendaron buscar otro lugar para arrancar con el proyecto.
Ante la falta de apoyo y desidia, la guardiana de los animales desprotegidos comentó el inicio de actividades para recaudar fondos e intentar comprar un terreno.
“Sueño con tener un centro de rehabilitación y cementerio solo para animales de la calle, hay demasiadas cosas que hacer por los animales, pero a la gente no le importa”.
Por su parte, el director de la Región Metropolitana de la Salud, Harry Bock, habló de los animales que sí tienen dueño y reciben sus vacunas.
Entre cifras detalladas, el galeno mencionó que la meta de vacunación de 2019 es de 122,523 perros y 9,476 gatos.
Sin embargo, aunque la jornada de vacunación comenzó desde marzo, la falta de personal y la epidemia de dengue han impedido culminar la meta.
Sobre los “animales de nadie”, aclaró que no pueden responsabilizarse por ellos.
“Quizás la Alcaldía debería decidir si los mata o no, pero si un perro callejero muerde a alguien tenemos que buscarlo, de no encontrarlo, al paciente le iniciamos el tratamiento de vacunas contra la rabia”, concluyó.