La Maratón del Saber se estaciona en Agua Zarca

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “¡Bienvenidos!”, ese fue el grito que al unísono emitieron los 245 niños del Centro de Educación Básica Gerardo Medina para recibir a la Maratón del Saber.

El silencio de la aldea Agua Zarca, en el municipio de San Lorenzo, Valle, fue interrumpido por la llegada del equipo de la sección Metro de EL HERALDO, que desató el entusiasmo y algarabía de los pequeñines.

Solidaridad
La aventura inició la mañana del jueves, el vehículo cargado con cuadernos salió desde la capital con un solo objetivo: realizar la segunda entrega de la más insigne campaña de este medio.

Para cumplir con su misión, el equipo de este rotativo viajó 120 kilómetros al sur de Tegucigalpa.

Después de atravesar el corazón de San Lorenzo, avanzó 12 kilómetros más por la carretera panamericana hasta arribar al desvío que conduce a la comunidad donde se edificó el centro escolar beneficiado.

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Al llegar, la alegría de los infantes inundó el ambiente, ni la polvorienta calle ni las altas temperaturas frenaron el caluroso y sincero recibimiento que los niños y docentes prepararon para EL HERALDO.

Formalidad
Aunque en el centro escolar abundan los problemas de infraestructura, eso no impidió la organización de una solemne y emotiva ceremonia.

Tras cruzar un colorido camino, adornado con las angelicales manos que sostenían globos, el evento comenzó.

Los organizadores de la bienvenida reconocieron la destacada trayectoria de 40 años de EL HERALDO y los 17 ininterrumpidos de la Maratón del Saber.

Primero se ofrendó una oración de acción de gracias al Creador, posteriormente se entonaron las notas del Himno Nacional y el vicepresidente del Consejo Estudiantil de la escuela cerró con una extraordinaria muestra de aprecio antes de dar paso a la interacción con los niños.

–“¿Están contentos?
– ¡Sí!
– ¿Por qué?
– ¡Porque EL HERALDO está aquí!”, gritaron los estudiantes.

Para premiar la dedicación y el esmero de los que serán el futuro de Honduras, de los padres de familia y los nueve docentes que dan vida al centro, la Maratón del Saber llevó las principales herramientas de estudio: los cuadernos.

Orden
Con sus pequeños uniformes raídos por el sol y haciendo malabares en sus casi obsoletos pupitres, los infantes demostraron su educación.

Con orden y paciencia aguardaron su turno mientras el equipo de Metro junto a los docentes ingresó en cada aula de la institución para entregar en las manos de cada niño el estímulo que ayudará a mantener su deseo de seguir estudiando. Mientras se realizaba la entrega, la temperatura superior a los 35 grados centígrados convirtió las seis aulas de la escuela en un horno.

La inquietud no se hizo esperar, cada niño extendió sus manos y sostuvo con pasión sus libretas, después de recibirlas con humildad y modestia dijeron: “Gracias”.

Los más extrovertidos aprovecharon el momento de la repartición para salir un momento de sus aulas y corretear por los pasillos de las deterioradas instalaciones del centro educativo y divertirse en la obsoleta área de juegos.

Los más cariñosos se abalanzaron sobre el equipo de Metro para regalar abrazos y demostrar su profundo agradecimiento. Otros, se sentaron en el suelo y con curiosidad ojearon la información plasmada en las páginas de EL HERALDO.

Necesidades
Además de albergar a los niños de las 200 familias de la comunidad, el CEB Gerardo Medina acoge a los infantes de las comunidades aledañas.

Su destruido muro perimetral, sus tres letrinas, el precario sistema eléctrico que solo funciona en un aula, techos agujereados e inexistentes áreas de juegos son los obstáculos que a diario los nueve docentes y alumnos tienen que afrontar.

Aún así, los niños saben que el estudio es la oportunidad para entrar en el mar del mundo del conocimiento.