TEGUCIGALPA,HONDURAS.- Habla con
pausa y un poco cansado, la diabetes lo mantuvo varios meses en reposo tras sufrir una herida en su pie. Logró incorporarse para retomar el volante de su taxi, que aún debe, pero la pandemia lo paralizó de nuevo.
Cuando la salud se lo permitía don Pedro Rodríguez trabajaba en un punto, en uno de sus dos taxis propios, mientras que su hijo Darwin realizaba barridos en busca de carreras.
Sin embargo, a más de 70 días sin trabajar, la carga monetaria pasó a su esposa Enma, quien con una modesta jubilación tomó las riendas del hogar. “Es poco el dinero, pero con eso a veces comemos tiempos salteados”, relató.
Las cuentas se acumularon y ahora adeudan un mes en el pago de los servicios públicos, asimismo un malestar en su mandíbula le indica que tiene que revisarse una muela.
Sin embargo, los tres mil lempiras que cobra el dentista para reparar su pieza dental por ahora son inconseguibles.
Aunque los dirigentes de Aiterpt le consiguieron raciones de comida, en una ocasión, por temor a contraer el covid-19, no logró salir por la bolsa pues sabe que el riesgo es doble, es un adulto mayor con una enfermedad crónica.
“La bolsa la dan para una semana supuestamente, pero eso no ajusta, lo único que rinde es el café”, detalló.
Mientras don Pedro espera sobrevivir junto a su familia, también permanece atento para recoger la insulina en el Instituto Nacional del Diabético, aunque su pie lo molesta está listo para incorporarse.
Cuando la salud se lo permitía don Pedro Rodríguez trabajaba en un punto, en uno de sus dos taxis propios, mientras que su hijo Darwin realizaba barridos en busca de carreras.
Sin embargo, a más de 70 días sin trabajar, la carga monetaria pasó a su esposa Enma, quien con una modesta jubilación tomó las riendas del hogar. “Es poco el dinero, pero con eso a veces comemos tiempos salteados”, relató.
Las cuentas se acumularon y ahora adeudan un mes en el pago de los servicios públicos, asimismo un malestar en su mandíbula le indica que tiene que revisarse una muela.
Sin embargo, los tres mil lempiras que cobra el dentista para reparar su pieza dental por ahora son inconseguibles.
Aunque los dirigentes de Aiterpt le consiguieron raciones de comida, en una ocasión, por temor a contraer el covid-19, no logró salir por la bolsa pues sabe que el riesgo es doble, es un adulto mayor con una enfermedad crónica.
“La bolsa la dan para una semana supuestamente, pero eso no ajusta, lo único que rinde es el café”, detalló.
Mientras don Pedro espera sobrevivir junto a su familia, también permanece atento para recoger la insulina en el Instituto Nacional del Diabético, aunque su pie lo molesta está listo para incorporarse.