TEGUCIGALPA,HONDURAS.-Los añejos y populosos puntos de ventas que operan desde una pieza de los hogares han implementado nuevas reglas en sus locales para mantener activo el comercio durante la pandemia.
Dentro de las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas están las infalibles pulperías y también los mercaditos, que han demostrado su blindaje para operar en el comercio durante la emergencia por el covid-19.
Los capitalinos que salen a adquirir los productos de la canasta básica a estos negocios ahora deben cumplir normas de bioseguridad.
Las compras en los puntos de venta más cercanos han tenido un giro de 180 grados.
Ahora la mayoría de pulperías y mercaditos han modificados sus instalaciones colocando plástico transparente en sus ventanales, rótulos exigiendo el uso obligatorio de la mascarilla, de lo contrario no se atiende y hasta marcas que están a una distancia de 1.5 metros para evitar la aglomeración de personas.
Tal es el caso de la pulpería, que por medidas de seguridad, será llamada La Bendición; se ubica en la colonia Flor del Campo y un rótulo amarillo advierte a los próximos consumidores. “Por favor, use su mascarilla. Si no, lo siento, no se le puede atender por el bien suyo y el mío”, indica el cartel.
Al igual hay circunferencias marcadas con pintura, mismas que están a una distancia moderada para que en ese espacio espere el turno el comprador.
Al momento de la compra, en el ventanal hay un plástico transparente con cortes lineales para que los productos pasen sin dificultad y de la misma manera evitar la salpicadura de alguna fugaz gota de saliva.
La propietaria, a quien también se le omitirá la identidad por seguridad, manifestó que esto fue una iniciativa propia desde un inicio de la pandemia.
“Si no trae la mascarilla, no le atendemos; es por el bien de ellos y por el de nosotros”, aseveró.
Algunos vendedores también hacen uso de los cubrebocas.
Manual general
El titular de la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social, Carlos Madero, manifestó que las pulperías y mercaditos entran en un manual general que aplica medidas de bioseguridad para todos.
“Es la aplicación básica que deberían de tener todos los hondureños. Es trasversal, acá están las empresas pequeñas, medianas y grandes. Después individualmente se generan los protocolos, ya dependiendo de cada industria”, comentó.
Madero mencionó que hay algunas características en la enfermedad.
“Entre el 65 y el 69 por ciento de los contagios se están haciendo comunitariamente, eso significa que se están dando en este tipo de negocios”, indicó.
Un equipo que conforma la Secretaría de Trabajo, DPI y Arsa realiza inspecciones dentro de los negocios para verificar la aplicación de las medidas.