TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En cinco días se terminará este año y los capitalinos ven oportuna la tradición de los “años viejos” para quemar todo lo malo que dejó este difícil 2020.
Las esquinas de los barrios y colonias de la capital ya están siendo ocupadas por muñecos bien vestidos, rellenos de papel o cartón y con la imagen de algún personaje reconocido o acto reprochable que serán quemados en la medianoche del jueves 31 de diciembre.
En una de las calles del barrio La Leona están listos dos monigotes con los rostros de los mandatarios de Honduras y Estados Unidos, respectivamente.
El creador es un reconocido vecino, don Julio Cáceres, quien desde hace 12 años se dedica a la quema de monigotes, y dice que esta tradición nada la puede detener, al hacer referencia a la pandemia por covid-19, los recientes huracanes y a la prohibición de la venta de pólvora.
“Acá pueden quitar todo lo que quieran, pero la quema de pólvora no podrán, es algo que se hará siempre ante cualquier adversidad, es una bonita tradición que se hace para olvidar todo lo malo, ya se pudo notar el 24 y el 31 será fenomenal”, adelantó.
Al igual, manifiesta que escogió el personaje de Donald Trump porque el personaje perdió las elecciones de Estados Unidos y a Juan Orlando Hernández porque “hay gente que no lo quiere y hay otra que sí”.
EL HERALDO realizó un recorrido por las calles capitalinas para identificar los principales personajes que irán a la hoguera y entre los más identificados hay líderes políticos y muchos alusivos al mortal coronavirus y los actos de corrupción.
Quemas controladas
En la colonia Jardines de Toncontín se encuentra en la calle principal uno de los monigotes más grandes y atractivos de la ciudad en este año. Se trata de un barco que simboliza el buque que cargó los cuestionados hospitales móviles.
Según sus creadores, Juan Almendares y Raúl Rivera, la quema de este monigote demorará alrededor de una hora y para su quema cerrarán la calle para evitar tanto la circulación de vehículos como de personas y así prevenir incidentes.
“La iniciativa de este monigote es reflejar lo que pasa en el país. Estamos en un problema de covid-19 y los hospitales nunca funcionaron y tampoco vinieron completos”, comentó.
Por su lado, Jensen Herrera, promotor cultural, manifestó que “es una tradición de un folclor que no está marcado en un calendario cultural, sino que dentro de una expresión artística que olvida las penas”