Noé Irías, uno de los compatriotas que fabricó el muñeco con el rostro del mortal covid-19, sacó su obra a la calle para solicitarle dinero a los capitalinos con el fin de comprar cohetes (los cuales son prohibidos en la capital) y quemar el pichingo.
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'El día de mañana explotaremos lo que es el coronavirus, que le ha hecho mucho daño a este país', dijo Irías junto al monigote que tiene un rostro muy conocido en el mundo.
A lo largo del país, muchos compatriotas se inspiraron en la imagen que las autoridades han diseñado para reflejar el covid-19 que nació en Wuhan, China, a finales de 2019, para hacer sus creaciones.
Aunque el virus aún no se ha domado en el mundo, pese a que ya existen vacunas para prevenirlo, los hondureños quieren olvidarlo y dejar atrás todo el daño que la pandemia dejó en el planeta Tierra.
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A las 12:00 de la noche, en la capital de Honduras, como en los demás municipios del país se escucharán los estruendos de los cohetes metidos en el monigote, simultáneamente familiares se abrazarán -portando mascarillas- para darle la bienvenida a 2021, con la esperanza de que todo pueda cambiar.