TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un errante comerciante con más miedo a no vender que a infectarse de covid-19 empujaba —con endurecidas manos— una carreta llena de coloridas verduras entre el bullicio de una despejada sexta avenida.
Don Gerardo Matute admite que la carreta lo fatiga, pero explica que tiene más peso el deseo de llegar a la meta de 400 lempiras para recuperar la inversión y sacar el sustento diario para su familia.
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“Cuando los de la Alcaldía vienen, tengo que moverme, no nos permiten estar en un solo lugar”, detalló Matute, una de las seis mil personas ambulantes autorizadas para vender, según los miembros de la Gerencia de Orden Público.
Durante sus rondas, los empleados locales también permanecen atentos a que los vendedores estacionarios respeten el espacio asignado.
Intensos operativos
Donadín Fuentes, gerente de la dependencia, explicó que el convenio firmado entre la comuna y los carretilleros indica que tienen que moverse para no obstaculizar la movilidad de los vehículos y peatones.
“Ese es el compromiso, la calle es estrecha y no pueden estar en medio”, resaltó.
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El abogado explicó que los operativos para el control de vendedores informales también están dirigidos a los vendedores que sin permiso realizan ampliaciones o se instalan en distintos puntos de la ciudad.
“Algunas asociaciones tienen tres mil o cuatro mil vendedores, ellos han instalado ambulantes en barrios, colonias, bulevares o salidas de la ciudad. Ya se había firmado el convenio para que solo estuvieran en los mercados”, recordó mientras detallaba que el espacio permitido es de 1.50 por 1.50 metros.
Más remociones
Para mantener el orden tienen que imponerse, por ello Orden Público advirtió que después de un llamado de atención, los que no acatan y no retiran sus puestos, se procede a desmantelarlos. Si es necesario, la Policía Municipal y Nacional participan en los operativos.
“En lo que va del año, en toda la capital hemos desmantelado en los alrededores de los mercados más de 150 puestos, esos anexos no son permitidos, algunos vendedores quieren llevar hasta sus camas”, mencionó.
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Entre las zonas donde las autoridades seguirán con las supervisiones se mencionan las salidas al norte, a Olancho, El Paraíso y Choluteca; asimismo mercados, puentes y el mismo centro histórico.
Bioseguridad
Sobre las medidas sanitarias para evitar contagios de covid-19, Fuentes explicó que cada asociación es responsable de acatar las disposiciones.
Las autoridades realizan acercamientos y observaciones, si no acatan, los puestos son cerrados por 72 horas.
“Tienen que tener sus mascarillas puestas, su amonio cuaternario, gel antibacterial y no aglomerarse”, repitió.
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Sobre el tema, Jorge Lagos, presidente de la Asociación de Vendedores Autónomos de Honduras (Avenah), explicó que cuando las autoridades realizan operativos, suelen convocar a las asociaciones.
“En estos momentos no nos han comunicado nada, nosotros aglutinamos 760 vendedores estacionarios, tienen un espacio acordado sin la posibilidad de extenderse de manera vertical u horizontal, ellos lo respetan”, manifestó.
Sobre la bioseguridad, recalcó que hay espacios marcados para recordar el distanciamiento y si pueden, donan mascarillas a compradores, aunque ya son varios los sancionados.