TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El desempleo y las ganas de salir adelante de cientos de capitalinos les han llevado a buscar alternativas para generar ingresos como convertirse en vendedores ambulantes a raíz de la crisis ocasionada por el covid-19.
Las calles de la capital son ahora la vitrina de los vendedores ambulantes, que buscan obtener ingresos para llevar a sus hogares.
Donadín Fuentes, titular de la Gerencia de Orden Público de la Alcaldía del Distrito Central, detalló que se ha identificado un aumento de un 35% de vendedores informales en las calles de la ciudad.
Antes de la pandemia de covid-19 se estimaba que en la capital trabajaban de manera ambulante unos ocho mil vendedores, pero luego de la ola de despidos y del cierre de negocios ahora son al menos 12 mil las personas que salen cada día a las calles a vender sus productos.
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Las zonas en las que la presencia de los ambulantes ha aumentado de forma considerable son la quinta avenida de Comayagüela, Villa Vieja y la colonia Kennedy.
Pero también se presenta en menor escala en la mayoría de barrios y colonias de la ciudad, según las autoridades locales.
También en los alrededores de los mercados de la ciudad gemela y el Zonal Belén se ha observado mayor afluencia de los también conocidos buhoneros.
Fuentes explicó que ante el alza de vendedores han tenido que reforzar operativos en estos sectores para ordenar a los comerciantes informales, pues muchos se llegan a instalar en las aceras y obstruyen el paso peatonal, pero hay otros que abusan más y complican la circulación de los vehículos.
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Un problema sin resolver
Por su parte Sady Domínguez, tesorero de la Asociación Nacional de Trabajadores de la Economía Informal de Honduras (Anatreinh), explicó a EL HERALDO que el incremento de vendedores ambulantes es notable y como ejemplo dio a conocer la situación que se vive en el Cetro Histórico.
“Nosotros hemos visto proliferación, en nuestra asociación antes de la pandemia habíamos 220 vendedores, ahora hay más de 350 vendedores, pero ellos no están en nuestra organización”, expresó Domínguez.
Desde hace tres años que los vendedores ambulantes en los alrededores del paseo Liquidámbar mantienen el número, pero con la pandemia la presencia de vendedores incrementó, los que en su mayoría ofrecen frutas y verduras.
A criterio de Domínguez, con ayuda de las autoridades se debe trabajar para tener mayor control y orden en el centro de la ciudad. En tanto el patronato de la colonia Kennedy mantiene monitoreo en la zona, pues aseguran que la cantidad de vendedores ambulantes se ha multiplicado y mantienen ocupadas las calles.
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