El reloj marcaba las 6:30 p.m. y desde un predio a desnivel, separado de la calle del comercio por un parqueo de tierra, se escuchó el grito: “Gordo, pasame otra”. Casi de inmediato, el propietario del negocio avanzó al refrigerador, lo abrió y sin emitir ninguna palabra tomó una cerveza, la destapó y la pasó a su cliente.
Arriba del desnivel, ya en el predio de tierra, desde una mesa, más consumidores estacionarios decidieron pedir otra ronda, con sus reflejos disminuidos y entre risas lograron definir quién bajaría unas empinadas gradas para solicitar más bebidas.
En otro punto de la Kennedy, aledaño a la calle de la quinta entrada, siete personas permanecían dentro del negocio.
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Dos de ellas comían, otras dos discutían las pérdidas en una máquina tragamonedas y las tres restantes cuestionaban su extenuante día de trabajo.
La mesa, el epicentro de la reunión, denotaba que el debate laboral se desarrollaba tras cuatro rondas de cervezas.
El equipo de este rotativo ingresó a la pulpería y pidió dos refrescos a la encargada, a la que le tomó unos cinco minutos encontrar dos “portátiles” en las neveras.
“Ahí disculpe, solo tenemos pocos frescos y tuve que acomodar las cervezas”, argumentó.
Pocos minutos después, al llegar al Hato de Enmedio, a inmediaciones de la iglesia El Shaddai, se constató que una acera se convirtió en bar a la intemperie, al cerrar la pulpería los que departían se fueron frente a un mercadito de la zona.
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Recorrido
EL HERALDO recorrió dos de las colonias que según autoridades reportan mayores incidencias de “pulperías que se convierten en estancos”.
Hay que destacar que en menos de 30 minutos entre la tarde noche del jueves se constató en cuatro pulperías de las colonias Kennedy y Hato de Enmedio que vender bebidas embriagantes para consumir en el lugar no es inconveniente.
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Competencia desleal
Sobre el tema, Alberto Montoya, presidente de la Asociación de Propietarios de Bares y Expendios (Aprobarex), reprochó la falta de acciones contra la “competencia desleal” en la capital.
“Nosotros estamos reventados, no es justo que tengamos que cumplir con un engorroso proceso para poder vender bebidas alcohólicas y las pulperías estén como cantinas”, cuestionó.
Según Montoya, además de ser una competencia desleal, instalar mesas y sillas en las pulperías no es sano para los vecinos de esos lugares.
Las autoridades del Departamento Municipal de Justicia (DMJ) identifican que la venta de bebidas alcohólicas de forma estacionaria en las pulperías es un problema que ha incrementado durante la pandemia en los barrios y colonias.
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Según esta dependencia de la comuna, el problema es uno de los más denunciados por los vecinos, ya que las personas en estado de ebriedad cometen actos contra la moral y
escándalo público.
Saúl Vásquez, jefe de operativos del DMJ, informó que las acciones se realizan a diario, pero que los fines de semana se hacen con mayor intensidad en la ciudad.
De encontrar a los dueños de los negocios infringiendo la ley, se realiza el decomiso del producto y se procede a citar al propietario para una audiencia.
Las multas por incumplir esta norma van desde los 2,000 a 5,000 lempiras.
De septiembre de 2020 a julio de 2021 se citaron más de 6,800 propietarios de negocios y se ha sancionado a 580.