Ahora con la puesta en marcha de un retorno a clases progresivo y semipresencial, el impacto del sedentarismo, confinamiento y estrés ha pasado factura a los estudiantes. Y es que de pasar de clases al aire libre, recreos y juegos, los alumnos de la capital tuvieron que adaptarse a la virtualidad, algunos con recursos y otros sin acceso a la conectividad.
Según Felipe Pineda, presidente del Colegio de Psicólogos de Honduras, la virtualidad ha generado en los estudiantes problemas de déficit de atención, hiperactividad, ansiedad y estrés.
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Asimismo ha generado depresión, irritabilidad y falta de control de impulso, por lo que -según Pineda- considerar que los estudiantes regresen a las aulas de clases es oportuno.
“Pocos jóvenes han tenido actividad física, actividad recreativa, esto también ocasiona que entren en fatiga, irritabilidad, malestar muscular, obesidad, podemos encontrar hasta problemas de diabetes o problemas cardiacos, afectaciones que se presentan principalmente en las edades preescolares”, agregó Pineda.
Según datos del Instituto Nacional del Diabético (Inadi), el 10% de la población hondureña ha manifestado problemas relacionados a la diabetes, es decir, casi un millón de personas. Lo que más preocupa es que esta enfermedad se presenta desde los cinco años en adelante.
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Óscar Gómez, director del Inadi, comentó que el sedentarismo es una de las principales razones de las enfermedades como la obesidad y que las clases presenciales son más benignas en los estudiantes, sobre todo por la actividad física que puedan realizar.
Además advirtió que los casos de diabetes se están presentando con mayor frecuencia en la población joven.
Por su parte, el dirigente del Colegio Profesional Unión Magisterial de Honduras ( Coprumh), Daniel Esponda, consideró que hay un antes y después de la pandemia por covid-19. “Ningún niño y ningún adulto que regrese a las aulas de clases va a regresar como en un período normal de vacaciones, las condiciones del mundo han cambiado y en función a esas condiciones debemos atender a los muchachos”, afirmó Esponda.
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Además es de la opinión de que si hay más casos de obesidad en los alumnos, los padres de familia tienen su cuota de responsabilidad.
“Si hay problemas de obesidad, en todo caso, es responsabilidad de los padres de familia, porque la educación en línea es una alternativa y sigue siendo una alternativa en esta pandemia, el problema es que el gobierno no ha garantizado las condiciones necesarias”.
En tanto, la docente universitaria Leyla Banegas expresó que los efectos del sedentarismo se muestran a la hora del retorno a clases.
“La capacidad de que los estudiantes se mantengan concentrados ha disminuido, en la presencialidad va a requerir doble esfuerzo. La falta de actividad física, sobre todo, nos lleva al aumento de peso, carga de colesterol, esto genera cansancio e interviene con el proceso de enseñanza y concentración”, afirmó. En Francisco Morazán son 10 centros de educación -distribuidos en los municipios de Maraita, San Miguelito, Orica y La Libertad- los que pueden optar al retorno semipresencial, y en la capital hay dos privados.
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