TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El sector transporte de la capital es un rubro muy importante que ayuda a la movilización de al menos medio millón de personas en toda la ciudad.
Pero este rubro es uno de los más afectados por la criminalidad que se vive en el país.
Y es que a lo largo de 24 años, el transporte es una de las principales víctimas de la extorsión.
Según estimaciones de los dirigentes, a lo largo de las más de dos décadas son más de 19,600 millones de lempiras que se han pagado a varios grupos criminales que cada semana deben recibir su pago para evitar atentados a los operarios, quema de unidades y hasta la muerte.
“Hemos visto que hay un estado de excepción, en unos barrios y colonias dicen que ha bajado la extorsión, pero esperamos que este año disminuya en el rubro del transporte también”, dijo Wilmer Cálix, dirigente del rubro.
Cobros
Según las rutas y ciudad, cada unidad debe pagar el “impuesto de guerra” a uno, dos, tres o hasta cinco grupos delictivos que operan en el país.
Los pagos se hacen semanalmente y van desde los 1,100; 1,800 y hasta 2,100 lempiras por cada bus.
El cobro debe ser puntual, de lo contrario los trabajadores de las unidades se exponen a atentados y hasta a perder la vida.
Este flagelo ha dejado como consecuencia la muerte de 3,860 personas que trabajan en el rubro.
Esto sucede a pesar que a diario los entes de seguridad del Estado capturan a jóvenes que se dedican a recolectar el dinero de la extorsión.