TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Entre los muchos males que aquejan a la ciudad capital se encuentra el delito de la extorsión como uno de los principales, frenando el desarrollo y prosperidad de sus habitantes.
Son cientos los capitalinos que día a día viven atemorizados por ser víctimas de amenazas debido al cobro del impuesto de guerra en el sector comercial y rubro del transporte.
Y es que aunque exista un “estado de excepción”, el flagelo de la extorsión sigue golpeando con fuerza a los capitalinos.
Incidencias
EL HERALDO conoció, a través de la solicitud de información DGPN-N°3012-2023, que del 1 de enero al 8 de abril tan sólo en el Distrito Central se interpusieron un total de 110 denuncias por extorsión en la Dirección Policial Anti Maras y Pandillas contra el Crimen Organizado (Dipampco), lo que equivale a una denuncia cada 21 horas.
Es una enfermedad que parece nunca acabar debido a varios factores, entre ellos la gran cantidad de dinero que las bandas criminales obtienen por cometer este delito y además a la cultura del silencio ante las amenazas.
“La actividad ilícita que más ingresos le genera a las maras y las pandillas es el tema de la extorsión, vemos que a pesar de los fuertes operativos siempre se da, pero en muchos casos nuestra población opta por acercarse a los cuerpos de seguridad del Estado una vez que ellos ya han realizado pago”, reveló Mario Fu, portavoz de la Dipampco.
Negocios
Los más golpeados por la extorsión son los dueños de negocios, por ese motivo son los que más denuncian. Según los datos, en el período de tiempo establecido se recibieron 45 denuncias de extorsión en establecimientos ubicados en Comayagüela.
“Uno como comerciante vive con el temor de que un día llegue alguien a nuestro negocio con una nota y hasta miedo de perder la vida por esa razón, y lo malo es que eso queda impune porque nadie sabe quién lo hizo”, lamentó una comerciante capitalina. Agregó que “para nada sentimos que la Policía nos cuida y no se les ve actuar, nos sentimos bastante inseguros”.
Mientras que en Tegucigalpa fueron hechas 40 denuncias por parte de emprendedores. A pesar del gran número de delaciones, los expertos señalan que la mayoría de víctimas de extorsión no acuden a las autoridades debido al miedo y la desconfianza.
“Este crimen afecta más a los pequeños comerciantes porque son los más desprotegidos y fáciles de intimidar”, analizan los investigadores.
“Las empresas grandes o medianas tienen guardaespaldas, tienen miembros de seguridad en sus empresas, mientras que los pequeños negocios no tienen esas posibilidades”, explicó el criminólogo González Sánchez.
Las autoridades explican que las estructuras del crimen organizado utilizan los celulares como medio para cometer sus ilícitos.“La mayoría de estas amenazas se cometen por aparatos de telefonía móvil, se ha logrado verificar que los mensajes y llamadas por WhatsApp han tenido un repunte significativo en cuanto a la realización de este ilícito”, explicó Fu.
Por otro lado, en el rubro del transporte solo se hicieron 10 denuncias por parte de rutas de buses y taxis en Tegucigalpa, mientras que las procedentes de Comayagüela fueron 15.Asimismo, los dirigentes del transporte manifiestan que este año ha sido el peor para ellos en comparación con años anteriores.
“La extorsión al transporte público, especialmente en Tegucigalpa, ha empeorado en lugar de mejorar, han surgido nuevas bandas criminales que se dedican a extorsionar, algunas han salido de otras bandas o estructuras criminales más fuertes como la MS o 18”, comentó un dirigente del transporte urbano.
Las autoridades señalan que para resolver la problemática en este sector es necesario llevar a cabo diferentes estrategias. “Las terminales de transporte son los segundos más afectados, pero son los que menos denuncian, porque al final la infiltración dentro del rubro del transporte es una realidad, mientras no se depure y se certifique el rubro, difícilmente se logrará alcanzar los resultados esperados”, dijo Fu.
Los expertos explican que el trabajo en equipo de varias instituciones del Gobierno puede ser la mejor forma de terminar con la extorsión.
“Todo depende de la voluntad política y también del fortalecimiento de la Policía, el apoyo de las Fuerzas Armadas, Congreso Nacional que legisle, de la Corte Suprema de Justicia y Fiscalía y otras instituciones del Estado que puedan sumarse a la lucha frontal de esta estructura”, aconsejó Sánchez
