Tegucigalpa, Honduras.- La región forestal de Francisco Morazán abarca 873,839.32 hectáreas y se considera una de las más vulnerables de Honduras por los constantes incendios forestales.
Según el Instituto Hondureño de Conservación Forestal (ICF), al menos 103,000 hectáreas están en riesgo muy alto y 255,000 en riesgo alto este año, lo que subraya la magnitud de la amenaza que enfrentan sus recursos naturales.
Es por eso que el ICF ha adoptado estrategias para mitigar el impacto de los incendios en este departamento, que históricamente ha sido uno de los más afectados.
Luis Soliz, ministro de la institución, explicó a EL HERALDO que se ha priorizado la organización de equipos y recursos para combatir los siniestros de manera efectiva.
Una de las principales medidas es la contratación de cuadrillas especializadas en la atención de incendios forestales, que forman parte del programa presidencial Padre Andrés Tamayo.
El fortalecimiento de los Centros de Operaciones contra Incendios Forestales, en coordinación con las Fuerzas Armadas de Honduras, los Bomberos, las municipalidades, la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), juntas de agua y los patronatos de la zona, son parte del programa contra incendios
.Francisco Morazán alberga una serie de áreas protegidas que son fundamentales para la conservación de la biodiversidad del país. Entre estas destacan las Reservas Biológicas Uyuca, El Chile y Misoco, los Parques Nacionales La Tigra y Montaña de Yoro, así como el Refugio de Vida Silvestre Corralitos.
Estas zonas con gran valor ecológico son vulnerables a los incendios forestales debido a su delicado equilibrio ambiental.Las acciones de prevención del ICF en estas áreas protegidas son variadas y están orientadas a reducir el riesgo de incendios.
Entre las actividades más destacadas están la realización de rondas cortafuegos, la implementación de líneas negras y el manejo de comaleos en las zonas de regeneración natural.
Asimismo, se llevan a cabo quemas controladas y prescritas en las zonas con mayor propensión a incendios, lo que ayuda a reducir la acumulación de material combustible.
Las zonas que están en proceso de restauración forestal son prioridad para el establecimiento de bosques en las áreas intervenidas durante las campañas de restauración.
Estas acciones son fundamentales para asegurar la recuperación de los ecosistemas degradados y mitigar el impacto del cambio climático.
Según el ICF, las altas temperaturas y la prolongada sequía hicieron que la temporada de incendios fuera más intensa en el país en el 2024. El ICF logró atender el 90% de los incendios.
Por otra parte, las comunidades son claves en la estrategia de prevención y manejo de incendios, ya que son las que mejor conocen su territorio y quienes, en muchos casos, enfrentan los primeros indicios de incendio.
El compromiso de las comunidades y las autoridades en la protección de sus bosques no solo responde a la necesidad de preservar las áreas forestales, sino también a la importancia de los recursos como las fuente de agua.
Muchos de los ríos que abastecen el Distrito Central nacen en estas áreas protegidas, lo que hace que su conservación sea un tema prioritario para el abastecimiento del vital líquido.