TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El flagelo de la extorsión vuelve a golpear fuertemente el rubro del transporte público urbano, pues los conductores de la ruta Tegucigalpa-Mateo dejaron de trabajar desde el pasado viernes por temor a represalias por parte de los que cometen estos ilícitos.
Según información conocida por EL HERALDO, al menos 16 unidades están paralizadas debido al temor por cobros de impuestos de delincuencia organizada.
La problemática afecta a muchos usuarios que viajan a este lugar debido a que tienen que buscar otras alternativas para poder trasladarse.
“Nos afecta esta situación porque nosotros que no tenemos transporte propio nos toca pagar vehículo particular para trasladar nuestras cosas y a veces hay que pedir jalón”, narró una usuaria.
Agregó que otra de las alternativas que les queda es trasladarse en buses que van para Lepaterique “y en última hora, pagar un taxi que nos cobra como 300 lempiras”, lamentó la entrevistada.
Por su parte, el empresario del transporte, Jorge Lanza, manifestó que en Tegucigalpa “siempre se mantienen unas dos o tres (rutas) paradas, y en San Pedro Sula hay tres”.
Agregó que la de Jacaleapa que va hacia el oriente, “ya la activaron, pero a medio vapor, pues no está completa”.
En relación a este tema, el 24 de noviembre de 2022 en Casa Presidencial, la presidenta Xiomara Castro declaró la guerra al flagelo de la extorsión y afirmó que iba a eliminarlo; sin embargo, los delincuentes continúan cometiendo estos ilícitos, pues al año el sector transporte paga alrededor de 250 millones de lempiras por extorsión.