Las calles estaban desoladas y un silencio extraño invadía el ambiente. De repente, una voz se escuchó a lo lejos, era la de un hombre de traje rojo y enorme barba a bordo de su motocicleta, quien gritaba a todo pulmón: “¡Vengan niños, síganme!”.
Varios pequeños de pies descalzos lo identificaron al instante y corrieron detrás del mítico personaje navideño.
Un vehículo cargado de juguetes simulaba ser su gran trineo.
“¡Santa, Santa!”, gritó una niña que cargaba un recipiente con agua sobre su cabeza, y a pesar del peso, una enorme sonrisa se asomó entre la maraña de cabello que cubría su rostro.
La pequeña Meylin Varela no podía creer lo que veía y sin pensarlo bajó su tina de agua y corrió al encuentro con el viejecito bonachón, quien le regaló una preciosa muñeca.
En su comunidad, La Laguna, decenas de niños que encontramos con ropas desgastadas, en chancletas o descalzos recibieron un obsequio de parte de
Papá Noél y de sus ayudantes que hacen posible la campaña Regale un Juguete en Navidad.
Por dos horas, los gritos de alegría se dejaron escuchar para luego perderse en los empinados cerros que rodean la colonia.
Santa continuó por una arteria de terracería. Varios niños tímidos se asomaban a través de las puertas de madera de las humildes viviendas de la colonia Nueva Capital. Más tardó el famoso personaje en llegar que los niños en cerrarle el paso y pedir sus regalos de Nochebuena.