TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un pasillo rosado, lleno de pacientes esperando su turno, está lleno de murmullos y suspiros.
Entre la multitud destaca un hombre con un gorro negro, manos delgadas que apenas pueden moverse, y un suéter grande que cubre el cuerpo. A pesar de tener fiebre, esta vestimenta le brinda comodidad y le ayuda a combatir el frío.
Sentado y apenas capaz de hablar, Santos Hernández, un paciente con dengue, comentó que ha padecido la enfermedad tres veces en su vida, pero nunca como esta.
“Ya estoy mayor, mi cuerpo no es igual, pero siento que el dengue esta vez me va a matar”, expresó con gran desánimo Hernández.
El paciente, que desde 2019 no había visitado el Centro de Salud Alonso Suazo, ubicado en el bulevar Suyapa, se vio obligado a regresar por la picadura de un zancudo.
En aquel tiempo, cuando Santos fue picado por el mosquito, formó parte de la estadística que indicaba un total de 15,379 incidencias antes del covid-19, o sea en 2020.
Sin embargo, esas cifras parecen pequeñas en comparación con la situación actual en el Distrito Central (DC), donde se han registrado más de 24,450 casos y unas 18 defunciones, sin contar las dos reportadas ayer por el sistema sanitario del país. En San Pedro Sula se reportaron otras dos muertes por dengue.
Estos números actuales, aunque alarmantes, se quedan cortos en comparación con la primera vez que Santos contrajo dengue.
Temblando por la fiebre, Santos compartió: “¿Sabe cuándo me dio dengue por primera vez? Fue en el año que Honduras fue al mundial de Sudáfrica, y ni siquiera pude disfrutarlo por estar enfermo”.
En la época de euforia futbolera, el sistema de salud colapsó, ya que se reportó el mayor número de casos con 41,949, una cifra podrá repetirse en 2024 si no hay cuidado de la población con el aseo para evitar los criaderos.
El epidemiólogo Manuel Sierra, de la Unidad de Investigación Científica (UIC) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, señaló: “Si habrá más casos de dengue, pero veo poco probable que superen los 40,000”
