Tegucigalpa, Honduras.-El titular de la Gerencia del Orden Público, Marco Méndez, informó recientemente sobre el crecimiento de los comercios chinos en Tegucigalpa y Comayagüela, donde actualmente se contabilizan al menos 14 negocios dedicados a la venta de productos originarios del gigante asiático.
Sin embargo, Méndez aclaró que este número corresponde solo los que se ubican en el centro de las ciudades y que en todo el Distrito Central existen muchos más establecimientos.
Algunos hondureños ven estos negocios como una oportunidad para fortalecer la economía local, otros expresan su preocupación por la competencia desleal que representan para los comerciantes tradicionales.
Méndez aseguró que la proliferación de estos establecinientos han beneficiado en gran medida la economía de la ciudad y a nivel nacional.
El funcionario destacó que la llegada de productos chinos ha permitido una mayor eficiencia en las importaciones y exportaciones hacia y desde Honduras, lo que a su vez ha contribuido a la reducción de los costos.
“Hoy tenemos importaciones y exportaciones directas a Honduras, lo que abarata los costos”, indicó Méndez, subrayando la ventaja que esto representa para el consumidor final.
No obstante, los comerciantes hondureños que operan en el Distrito Central han manifestado su preocupación por la situación. Según testimonios, las ventas de los comercios locales han disminuido drásticamente, llegando a una caída de hasta el 70% en algunos casos.
Este descenso en las ventas se debe principalmente a la competencia de los comercios chinos, quienes, con precios más bajos, están acaparando una gran parte del mercado.
Algunos pequeños empresarios también expresan que la calidad de los productos chinos puede ser una preocupación, pero muchos consumidores se sienten atraídos por los precios bajos, lo que les impulsa a optar por ellos.
Este fenómeno ha generado una competencia desigual, donde los comerciantes tradicionales no logran hacer frente a la oferta de los comercios chinos, que pueden ofrecer precios más competitivos debido a los costos de importación reducidos.
Por su parte, las autoridades locales no han tomado una postura firme sobre cómo equilibrar estas diferencias.
Si bien se reconoce el impacto positivo de los productos chinos en términos de precios más bajos para los consumidores, también se reconoce que es fundamental proteger a los comerciantes nacionales para evitar una mayor pérdida de empleos y el cierre de negocios establecidos.