Tegucigalpa, Honduras
Un diagnóstico minucioso de las ciudades gemelas se llevó a cabo previo a la entrega a las autoridades locales del Plan de Acción Tegucigalpa y Comayagüela por representantes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los análisis revelan una ciudad altamente fragmentada, tanto a nivel territorial como social, lo que se refleja en importantes déficits de infraestructura y precariedad de la vivienda, resumió Horacio Terraza, coordinador sectorial de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES).
Desafíos
Uno de los mayores retos, de acuerdo al informe, es la falta de infraestructura y de capacidades para manejar integralmente el recurso hídrico. Según el estudio, solo el 66 por ciento de los capitalinos tienen acceso al servicio de agua potable conformado por una red de 117 mil conexiones domiciliarias.
De mantener las condiciones actuales del suministro, que tiene un 39 por ciento de pérdidas, para el 2050 la disponibilidad del vital líquido puede reducirse en un 24 por ciento en las cuencas, lo que se traducirá en una caída de la distribución de 95 a 57 litros por persona al día.
Para frenar este desalentador pronóstico, recomiendan a las autoridades planificar la infraestructura de agua necesaria para el crecimiento de la capital y actualizar sus documentos de ordenamiento territorial con el fin de evitar asentamientos en zonas de alto riesgo, lo que permitirá garantizar seguridad hídrica.
En materia de crecimiento urbano, recomendaron que se reduzca el acelerado crecimiento de 4.4 por ciento anual sobre el uso de suelo, que supera incluso el crecimiento poblacional de un 2.2 por ciento anual.
La fragmentación y dispersión de las urbanizaciones de la ciudad ha generado una periurbanización como resultado de las crecientes limitaciones de suelos dentro de Tegucigalpa y Comayagüela.
La falta de ordenamiento del territorio de la ciudad, que dispone de 360 hectáreas de predios baldíos, ha dado pie a comunidades dormitorio -ciudades cuyos ciudadanos viajan a otras urbes para trabajar- en Santa Lucía y Valle de Ángeles. En estos municipios la población urbana entre 2001 y 2014 ha aumentado en 36% y 72%, respectivamente.
Para frenar estos problemas recomiendan a la municipalidad hacer cumplir la normativa de ordenamiento territorial actual. Y a la par se debe crear una nueva ley que regule el uso de suelo.
Además, construir un parque lineal sobre el río Choluteca saneado, un corredor verde de casi tres kilómetros y la generación de un Plan Maestro de Infraestructura Verde que permita proteger las cuencas.
Para cumplir con estas metas es necesario reducir la precariedad social caracterizada en el 45 por ciento de la población, que padece la marginación urbana, y un 51 por ciento de ciudadanos que no tienen ingresos suficientes para comprar la canasta básica. El plan se propone reducir estos márgenes a corto plazo con estrategias a ejecutar del 2015 al 2019, mediano plazo del 2020 al 2024 y largo plazo de 2025 a 2034, con una inversión total de más de 660 millones de dólares.
El BID desarrolló en 18 meses los estudios que permitieron establecer las problemáticas y oportunidades del Distrito Central desde tres bases: un inventario de gases de efecto invernadero, vulnerabilidad a desastres y el crecimiento de la huella urbana