Tegucigalpa

El centro histórico de la capital continúa entre los daños y el abandono

La esperanza de revitalizar el deterioro que el centro histórico tiene en sus cuatro puntos cardinales aún permanece entre los habitantes de la ciudad más importante del país

12.01.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-El valor cultural, social y turístico de las calles y avenidas del casco histórico de Tegucigalpa permanece opacado por los daños, la destrucción y el olvido.

Un equipo de EL HERALDO recorrió de nuevo, 12 meses después, las raíces de la ciudad y corroboró el eterno descuido del patrimonio que duerme a la espera del advertido “plan maestro de rescate” para reparar los más de 300 puntos afectados que evidencian una ausencia de autoridad.

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Incumplimiento

A finales de 2019, el alcalde Nasry Asfura dio voz a sus pensamientos y con un tono grave prometió obras de reconstrucción vial, nada de “remiendos”.

En ese entonces anunció que la modernidad llegaría a la Avenida Miguel de Cervantes en febrero de 2020. Desde cableado subterráneo y aceras amigables se edificarían a partir del Hotel Excelsior hasta el edificio de la Secretaría de Salud. La obra, que replicaría a la Avenida Gutemberg, no se desarrolló.

Aunque una parte de la avenida recibió asfalto, este llegó solo al espacio destinado para la cuestionada ciclovía.

Y es que en más de un kilómetro de trayecto docenas de baches siguen machacando el sistema de dirección de los vehículos.

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No obstante, el asfalto a orillas de las destruidas aceras está plagado de baches cuya profundidad llega hasta los vetustos adoquines que datan del tiempo del expresidente Tiburcio Carías.

Otras avenidas atestadas de cráteres son la Cristóbal Colón y la Máximo Jerez. Ambas cuentan con una inexplicable cuneta entre la ciclovía y el bordillo de sus estrechas y deterioradas aceras.

Malestar generalizado

Mientras el equipo de este rotativo recopilaba los datos del daño, transeúntes, conductores y locatarios evidenciaban su malestar por tanto descuido.

“Esas aceras tienen años de estar destrozadas, las personas prefieren bajarse a la calle para no lastimarse, aunque ahí los puede atropellar un carro”, manifestó la comerciante Esmeralda Núñez.

Ante el “descubrimiento” de que no existe calle o avenida en el centro histórico sin daños, un peatón manifestó que “el maquillaje que tiraron no sirve, a ‘Tito’ le gusta el cemento, no sé qué tanto le cuesta mandar a tirar aunque sea mezcla en todas estas desastrosas aceras”.

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En el recorrido, el equipo periodístico cuantificó más de 300 situaciones de daños, entre aceras, alcantarillas, pavimento, obstáculos, bancas y gradas. Muchos visitantes consideraron que la cifra se queda corta.

Otros puntos que necesitan atención son el Parque Central y el Paseo Liquidámbar. En la circunferencia del estrado de la estatua de Francisco Morazán hay seis enormes agujeros, a pocos metros están las bancas de concreto con sus varillas salidas.

Frente a la concha acústica hay un enorme agujero y en plena peatonal, alcantarillas llenas de basura y obsoletos basureros que resaltan entre la multitud que frecuenta el centro.

EL HERALDO intentó comunicarse con René Vallejo, gerente del Casco Histórico, para consultarle sobre esta problemática, sin embargo, no hubo respuesta.