TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un enemigo de acción lenta se puede encontrar en su hogar si el techo de su vivienda todavía es de asbesto y no cuenta con un encielado que le proteja.
Y es que según el último registro del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el Distrito Central se reportan 71,228 viviendas cuyo techo es de asbesto, un material dañino para la salud que afecta las vías respiratorias.
Sin embargo, es, junto a las láminas de zinc y de aluzinc, el material que más predomina en los techos de las viviendas.
El director ejecutivo de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción (Chico), Silvio Larios, explicó que estas viviendas fueron construidas entre la década de los 60 y 70.
“El asbesto es dañino para la salud y este material tiene sus días contados. Eso sí, se debe tratar de desechar de manera adecuada, porque hay otra gente que puede utilizar las viejas láminas y afectar su salud”, afirmó Larios.
Asimismo, detalló que en las nuevas construcciones se evita utilizar el asbesto y recomendó que se asegure la prohibición de este material para evitar riesgos en la salud.
El experto galeno, Pablo Cerritos, encargado de la consulta externa de problemas respiratorios del Instituto Nacional Cardiopulmonar (INCP), explicó que las personas que viven por tiempo prolongado, más de diez años, en viviendas con este tipo de material son propensas a padecer de una afección conocida como neumoconiosis, también llamada asbestosis.
Esta enfermedad se desarrolla por la inhalación de fibras de asbesto y se caracteriza por tos seca, dificultad para respirar y dolor en la parte del tórax.
Cerritos afirmó que lo más preocupante es que las personas que inhalan las fibrillas de asbesto pueden incluso desarrollar cáncer de pulmón.
Una de las principales causas por las que la asbestosis no sea identificada con regularidad se debe a la indiferencia de parte de varias instituciones y empresas para garantizar la salud de las personas, aseguró el especialista de la salud.
En ese sentido, hizo un llamado para que se retomen los monitoreos en empresas que se dedican a la elaboración de material de la construcción.
Uno de los principales obstáculos que tienen las personas para cambiar el material de su techo es el dinero.
Alba García, una capitalina residente en la colonia Hato de Enmedio, comentó que se encuentra ahorrando dinero para cambiar su techo de asbesto.
“Cuando compré la casa ya era de asbesto, no sabía que perjudicaba la salud, y estoy ahorrando para poder cambiarlo a uno de lámina de zinc”, afirmó.
Los techos de asbesto aún predominan en colonias antiguas como la Kennedy y El Reparto.
