TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Por más de 40 años los primeros vecinos de las colonias Guillén, Santa Rosa y Roberto Suazo Córdova han convivido de manera normal, viendo crecer a sus hijos y nietos.
Pero sus vidas cambiaron desde el 2 de septiembre, cuando un bloque de deslizamiento que se ubica en la zona comenzó a activarse. Unos 10 días después, debido a las lluvias, los riesgos por deslizamiento de tierra se fueron incrementando, hasta el punto que se reportó un metro de movimiento.
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Fue entonces que las paredes de las casas comenzaron a rajarse y en algunos puntos las viviendas se destruyeron por completo, sin dar tiempo a recuperar los enseres.
Entre los pasillos y calles, los vecinos con cabello blanco y piel llena de arrugas recordaban que ni durante el huracán Mitch se pasó una experiencia tan terrible como en la actualidad.
José Castro es un vecino que tiene cerca de 45 años de habitar en la colonia Roberto Suazo Córdova y que ayer tuvo que evacuar junto a su familia, ya que su vivienda fue afectada.
Don José relató a EL HERALDO que durante el fin de semana estuvieron a la expectativa, sin dormir, esperando qué podía suceder en el lugar.
Fue a eso de la medianoche del domingo que un fuerte sonido llenó de miedo y nervios a los vecinos, ya que varias viviendas se destruyeron por completo al estar en el paso de la falla de deslizamiento.
“Estábamos en la parte de arriba esperando qué pasaba, pero al final a nosotros nos tocó también, ya hoy (ayer) nos tocó desalojar, porque la falla viene hacia nosotros”, comentó don José.
Y como buenos vecinos, entre ellos mismos se apoyaban para sacar de sus casas todo tipo de muebles y electrodomésticos. Los afectados también recibieron ayuda de la Policía Municipal y personal de la Alcaldía Municipal llegó a estas zonas a realizar evaluaciones y brindar la ayuda necesaria.
Otra de las afectadas fue Tania González, de 33 años, quien toda su vida ha radicado en la Roberto Suazo Córdova. Aún con muchos nervios y sin dormir casi nada, González y su familia sacaban sus últimas pertenencias para salir del lugar de riesgo y ser albergados. “En mi casa el piso se partió, la pared y el techo se cayeron. Este era mi humilde hogar, que ahora me toca dejarlo”, expresó con mucho pesar González.
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Las familias afectadas de estas zonas fueron trasladadas a dos albergues: el Instituto San Pablo y el centro educativo Agustín Alonzo en el Reparto por Bajo. Otros vecinos fueron acogidos por sus familiares y otros alquilarán.
Apoyo
Las autoridades de la Alcaldía Municipal informaron que son 90 las viviendas que están en la zona de alto riesgo afectada por esta falla.
Nelson Méndez, gerente del Comité de Emergencia Municipal (Codem), informó que 29 familias están ubicadas en los dos albergues. “Sigue creciendo este número porque la afectación es mayor. Pero también hay personas que cuando nosotros hemos llegado no quieren salir”, lamentó Méndez.
Las autoridades locales también se comprometieron a pagar el alquiler de las familias albergadas, por un periodo de tres meses, además proveer alimentos y víveres durante el tiempo que estén fuera de sus casas