Tegucigalpa, Honduras
Una vivienda destruida y otras dos parcialmente afectadas es el resultado de una caida de muro en la colonia Nueva Galilea, luego de las fuertas lluvias del domingo pasado en Tegucigalpa.
La casa que resultó destruida en su totalidad pertenece a Marta Hernández, una anciana de 56 años.
'Eran las 12:00 de la noche, estábamos dormidos, escuchamos un estruendo y los gritos de la vecina, fue cuando se cayó una parte del muro', expresó Hernández.
La familia de seis personas, ante el inminente peligro, decidió abandonar la casa, la cual minutos después fue aplastada por un muro de piedras y concreto.
'A la media hora de abandonar la casa, se vino el muro y destruyó mi casa', agregó Hernández.
'Gracias a Dios estamos bien, perdí todo, lo importante es que estamos vivos para contar el cuento', dijo la afectada.
El Cuerpo de Bomberos hasta la fecha registra caída de arboles, rótulos de publicidad y deslizamientos en distintos puntos de la ciudad debido a los torrenciales.
Una vivienda destruida y otras dos parcialmente afectadas es el resultado de una caida de muro en la colonia Nueva Galilea, luego de las fuertas lluvias del domingo pasado en Tegucigalpa.
La casa que resultó destruida en su totalidad pertenece a Marta Hernández, una anciana de 56 años.
'Eran las 12:00 de la noche, estábamos dormidos, escuchamos un estruendo y los gritos de la vecina, fue cuando se cayó una parte del muro', expresó Hernández.
La familia de seis personas, ante el inminente peligro, decidió abandonar la casa, la cual minutos después fue aplastada por un muro de piedras y concreto.
'A la media hora de abandonar la casa, se vino el muro y destruyó mi casa', agregó Hernández.
'Gracias a Dios estamos bien, perdí todo, lo importante es que estamos vivos para contar el cuento', dijo la afectada.
El Cuerpo de Bomberos hasta la fecha registra caída de arboles, rótulos de publicidad y deslizamientos en distintos puntos de la ciudad debido a los torrenciales.
Hace diez días, cinco miembros de una familia murieron aplastados en la aldea La Soledad, El Paraíso, al oriente de Honduras, tras caerles una enorme roca que se desplomó por los torrenciales.