TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El gerente de Movilidad Urbana de la Alcaldía, Aníbal Ehrler, dejó a un lado las boyas, la señalización, la pintura y los jersey viales para comprobar por sí mismo el funcionamiento de las obras viales de la capital.
Antes de aceptar el desafío de vivir un día a día en el caótico tráfico, el responsable de atender las necesidades viales de la ciudad mandó a confeccionar su propio traje amarillo y negro, el de agente municipal de auxiliar de tránsito, para hacer el trabajo de calle.
EL HERALDO retó al funcionario a verificar la factibilidad de las obras que desde su cargo ejecuta y localizó una de las zonas consideradas más conflictivas: la terminal de Jacaleapa.
En este sector, desde hace varios meses que los transeúntes clamaban por mayor seguridad, pues cruzar por el paso peatonal era un acto temerario.
Uno de los principales problemas era que desde que se habilitaron el túnel de la primera entrada de la colonia Kennedy y la solución vial de Jacaleapa, los conductores que circulaban por el tramo del bulevar Centroamérica lo hacían sin percatarse del cruce de más de cuatro mil peatones a diario, aun con la presencia de los auxiliares de tránsito.
Reto aceptado
El gerente de Movilidad Urbana llegó puntual a la cita para experimentar en carne propia el suplicio que a diario experimentaban peatones, conductores y los propios agentes viales en este sector de la ciudad.
Con gorra y silbato, Ehrler tomó posesión de sus funciones y comenzó a brindar asistencia a los peatones y conductores.
Enérgico en sus movimientos, el nuevo auxiliar de tránsito comenzó a orientar a los conductores.
Algunos de los motorizados disminuían la velocidad para acatar la orden del agente vial y otros aprovecharon para dar recomendaciones al funcionario.
“Una conductora me dijo que se deben acumular varios peatones antes de pasarlos y no hacer el cruce uno por uno y ella tiene razón, el 90 por ciento de los conductores atendió el llamado si se le hace con anticipación”, afirmó el funcionario.
Un grupo de taxistas que tienen su punto en frente del mercado Jacaleapa son los principales testigos del trabajo que realizan los agentes viales y no dudaron en conversar con el funcionario para encontrar una solución al conflicto vial.
Apenas transcurrieron unos minutos de la conversación cuando los transportistas ya habían bautizado al funcionario como “minion mayor”, en relación al singular apodo con el que los capitalinos hacen referencia a los 300 auxiliares de tránsito que Ehrler tiene bajo su mando.
“Nosotros somos policías ciudadanos, a nosotros no nos molesta, incluso se puede aprovechar para concienciar sobre la seguridad vial”, afirmó el funcionario.
La respuesta
El desafío no solo hizo constatar las causas del clamor de los ciudadanos, también hubo resultados para mejorar la seguridad en la zona.
Uno de los cambios que ya se dieron a raíz de este reto es que el punto de taxis fue reubicado a pocos metros para permitir que el paso cebra finalice.
También hace falta un rótulo que avise a los conductores de que a unos 20 metros hay un cruce peatonal.
Se anunció que se ejecutará la ampliación de un carril para que los conductores que vienen de la primera entrada de la Kennedy se puedan incorporar al mercado Jacaleapa sin detener el tráfico, además de garantizar la presencia de auxiliares en la zona.