Tegucigalpa, Honduras.- A tan solo 42 kilómetros de Tegucigalpa, escondido entre montañas y valles hondureños, se encuentra Cantarranas, un pequeño pueblo que ha sabido transformarse en un grande mural al aire libre, donde cada calle y cada pared cuentan una historia pintada y vivos colores que llaman la atención de quienes lo visitan.
En este municipio el arte es una expresión y un estilo de vida que envuelve a cada persona que contempla la pintura.Conocido como “La Ciudad Selfie”, Cantarranas es un destino que parece sacado de una pintura impresionista.
Sus calles empedradas, casas de techos bajos y fachadas llenas de murales hacen de este lugar un paraíso para los amantes de la fotografía.
Cada obra es única mezclando el talento local con relatos que hablan de identidad, historia y cultura.El clima fresco de la zona hace que recorrer sus senderos, explorar sus talleres de alfarería o montar a caballo entre las colinas vecinas haciendo una experiencia aún más placentera.
Es un pueblo pintoresco lleno de galerías de arte al aire libre más grande de Centroamérica, con cientos de murales y esculturas que transforman el paisaje urbano en una experiencia inmersiva.
Desde representaciones de leyendas locales hasta críticas sociales y homenajes a la cultura hondureña, cada obra tiene algo que contar.
Caminar por este bello municipio es como hojear un libro ilustrado donde cada página está llena de detalles que cautivan la mirada de los locales y extranjeros.
Si buscas un rincón donde la cultura, el arte y la tradición converjan de manera mágica, Cantarranas lo espera con sus murales abiertos y su espíritu encantador.