TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El sonido constante de la alarma alertó a los vecinos de la colonia Hato de Enmedio sobre el peligro que corrían sus vidas y sus viviendas al registrarse un pavoroso incendio en el negocio de venta y reparación de llantas Llantirama.
La tranquilidad de la madrugada se interrumpió de golpe en el sector 10 de la colonia, cuando las enormes llamas se abrían paso entres las paredes y el techo del edificio.
“Salimos por el sonido de la alarma y de repente se escuchó el estallido, pensamos que había sido un carro, y cuando nos acercamos vimos que había agarrado fuego todo el área principal, fue cuando mi mamá llamó a los bomberos”, contó Kevin Aguilar, un residente del sector.
Al ver que las llamas se elevaban y el calor se sentía a varios metros de distancia, Aguilar corrió a tocar las puertas de los vecinos para alertarles del peligro en que se encontraban.
Llamado de auxilio
A la 1:20 de la madrugada, las llamadas comenzaron a multiplicarse en las líneas del Sistema Nacional de Emergencias 911 para reportar el siniestro.
Cinco minutos después de los primeros reportes, las unidades de socorro que llegaron fueron de la estación más cercana en la colonia Kennedy.
Al ver la magnitud de la amenaza y el inminente riesgo de colapso de muros y techo, los bomberos procedieron a pedir refuerzo de más unidades.
Sofocar el voraz fuego les llevó alrededor de siete horas, para luego comenzar con las labores de enfriamiento, pasadas las 7:30 de la mañana.
“El problema en la madrugada fue el agua, ya que el único hidrante en buen estado se ubica en El Obelisco, gracias a Dios logramos salvar los otros negocios y las 25 viviendas cercanas, solo experimentaron altas temperaturas, pero no se propagó el incendio”, informó el capitán Manolo Laguardia, jefe de Operaciones del Cuerpo de Bomberos de Tegucigalpa.
Los dueños del negocio con lágrimas en sus ojos observaban cómo el esfuerzo de 16 años se desvanecía en una gruesa capa de humo negra.
El negocio emplea a unos 25 capitalinos en el rubro de venta de llantas, aceites, lubricantes, baterías y rines.
“Dios tiene un propósito y debemos salir adelante, tenemos que sacar fuerzas de donde no hay. Tengo el corazón destrozado por lo que ha sucedido, Dios dispone de todo esto y a sacar fuerzas”, expresó con tristeza uno de los propietarios.
Los afectados estiman que las pérdidas superan los 60 millones de lempiras y que estaba asegurado el negocio.
Labor incansable
El incendio de grandes proporciones ocupó de la labor de más de 100 personas para apagarlo; 76 fueron elementos del Cuerpo de Bomberos, de las Fuerzas Armadas, Alcaldía Municipal, Cruz Roja y Copeco.
Se utilizaron cerca de 100 mil galones de agua para sofocar las llamas, además de espuma sintética, que se usa para evitar la propagación del fuego.
A la zona cero llegaron más de 24 vehículos entre carros tanque, ambulancias, cisternas y pick-ups.
Al cierre de esta edición no se tenía un informe ni hipótesis de lo que pudo provocar las llamas.
Le llevará dos días a la Oficina Técnica de Prevención y Seguridad Contra Incendios (OTPSCI) para determinar las causas verdaderas del incendio.
