TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El negocio de la elaboración y reparación de calzado no se escapó de la crisis económica que se vive en el 2020.
Este sector de emprendedores, cuyo oficio ya venía siendo golpeado por la competencia de productos importados y de segunda, han tenido que enfrentar varios meses en que las cortinas metálicas de sus talleres permanecieron abajo y con candado producto del confinamiento obligatorio para evitar contagios por la pandemia del covid-19 en la capital.
LEA TAMBIÉN: Piden castigo solo para los que no aplican bioseguridad
Por lo que muchos expertos de la elaboración de zapatos que tienen sus talleres en mercados y en locales tuvieron que trasladar sus negocios a su casa.
Algunos para generar ingresos se vieron obligados a dejar el cuero y el martillo para vender frutas, verduras y mascarillas en las calles.
Don Eliseo Aguilar es un artista del calzado que desde hace 30 años se dedica a este oficio y tiene su negocio en el mercado Séptima Avenida, pero por la pandemia tuvo que trasladar su taller hasta su casa.
“Tuve que seguir trabajando porque no podemos parar, vivimos del día a día, sobre todo por los empleados que para ellos es muy importante trabajar, yo no vendí por internet, pero sí busque la forma de que a través de llamadas o encomiendas lograba ubicar producto, pero esto ha sido muy difícil”, lamentó Aguilar.
Su negocio, Calzado Elis, daba empleo a seis personas, pero producto de la crisis y de la baja demanda solo hay tres personas apoyando en la fabricación de zapatos.
Expectativas
Antes de la pandemia, este rubro comenzaba a tener más pedidos por el inicio del año escolar y también por el apoyo del gobierno para fomentar el uso de calzado hondureño, pero todos esos esfuerzos se han visto opacados por el impacto de la crisis sanitaria en la capital y por el devastador paso de fenómenos Eta y Iota en la zona norte, pues muchos de sus clientes eran mercados y tiendas de esa zona del país.
LEA: Comayagüela, regia, ilustre y leal bastión del desarrollo de la capital
Además, desde la capital se distribuyen zapatos a Olancho, El Paraíso y la zona sur de Honduras.
En la capital hay tres asociaciones de fabricantes de zapatos, las cuales las integran unos cien talleres, pero a esto se deben sumar los negocios que no son formales.
Orbelina Pavón, presidenta del Mercado Séptima Avenida, expresó que aún no se integra el total de fabricantes de zapatos, en la plaza artesanal apenas trabaja un 45 por ciento.
Pavón expresó que uno de los principales problemas es que los emprendedores no tienen fondos para comprar material y retomar sus labores, pues hubo quienes tenían ahorros y tuvieron que agotarlos para pagar deudas y subsistir.
Sin embargo, la esperanza de que se mejore la demanda está puesta en la temporada navideña. “En los talleres se están haciendo zapatos de dama y caballero, pero no se pierde la fe en que en enero ya se estén produciendo los zapatos escolares, porque esperamos que toda esta situación mejore, no perdemos la fe”, afirmó Pavón. Además, solicitó apoyo para que los productores puedan acceder a préstamos, ya que se necesitan fondos para empezar de cero.
En el mercado La Isla también hay alrededor de 30 talleres de calzado, pero las ventas son muy bajas, informó Yadira Bendaña, presidenta de esta central de ventas.
Bendaña manifestó que debido a la poca producción muchos de los zapateros se cambiaron de rubro para sobrevivir durante esta pandemia.
VEA: Con 32 mil casos de covid-19 puede cerrar este año el Distrito Central