Tegucigalpa, Honduras.- Con sus ojos llorosos, Suyapa Martínez cuenta el milagro que la “Morenita” hizo en su vida.
“Me curó de cáncer de mama y por eso vengo cada año a verla, porque ella es muy buena con nosotros”, expresó la entrevistada mientras miraba con ternura a la Patrona de Honduras.
Martínez recordó el difícil momento cuando los médicos detectaron la enfermedad maligna que debilitaba su cuerpo y que requería una operación.
“Desde el primer momento en que supe de la enfermedad, me puse a a orar. Tenía miedo de operarme y le pedí mucha fe a la Virgencita”, dijo Martínez.
Una de las promesas que Suyapa Martínez hizo a la “Morenita” fue que, a cambio de su sanación, vendría a verla caminando desde el Estadio Nacional Chelato Uclés, con un ramito de flores.
Contó que, un día antes de la operación, ella y otras personas se encontraron con una muchacha que los puso a orar tomados de la mano.
“Recuerdo que dijo: ‘Tómense de las manos. Aquí va a haber una persona que va a vomitar, y quien vomite será sanada’”, narró Martínez con veneración.
La entrevistada recordó que, después de la operación que le hicieron los médicos, quedó totalmente curada.
“Yo fui sanada de cáncer de mama gracias a la Virgencita”, relató con la voz quebrada y los ojos llenos de lágrimas. Este testimonio es uno de los miles de milagros que la Patrona realiza cada día en favor de sus fieles o devotos.
Víctor Munguía, esposo de Suyapa Martínez, fue testigo del milagro de sanación.La pareja vive en la colonia Monseñor Fiallos de Comayagüela con sus corazones agradecidos por los milagros.
La Virgen de Suyapa es un símbolo de fe y devoción para los hondureños católicos, y cada 3 de febrero se celebra su festividad en conmemoración de su hallazgo en 1747.
Como Martínez, muchos hondureños visitan la Basílica de Suyapa para entregar sus ofrendas, flores y promesas a la madre del Señor Jesucristo.
Miles de personas se instalan en los alrededores de la iglesia para asistir a la misa y participar en otras actividades religiosas.