TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Caminar o conducir en horas nocturnas por la capital se vuelve un trabajo tedioso, ya sea por la peligrosidad e inseguridad, la infinita cantidad de baches que hay en todos los ejes carreteros o los kilómetros de oscuridad por falta de alumbrado público.
Según el vicealcalde capitalino Cárlenton Dávila, el 50% de la ciudad permanece a oscuras, es decir que de los 1,423 barrios, caseríos, aldeas y colonias pertenecientes a la capital, más de 700 se mantienen bajo las tinieblas.
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Lo anterior pese a que el cobro de alumbrado público sigue reflejándose en el bolsillo del ciudadano aunque este no posea ni una lámpara que pueda iluminar su camino.
Por su parte, Edgardo Portillo, subgerente operativo regional de distribución de energía de la ENEE, explicó que el servicio de alumbrado cuenta con 110 mil lámparas, de las que un 30% están dañadas. Asimismo, contabilizó que más de 35 mil focos permanecen en mal estado o presentan alguna falla que todavía no ha sido reparada, por lo que una gran parte de la capital se mantiene a oscuras.
Asimismo, reveló que a diario reciben entre 10 y 15 solicitudes por parte de los capitalinos pidiendo que se les haga un cambio de lámpara o se repare las que están dañadas.
Actualmente, el Distrito Central cuenta con 88 mil focos de sodio, los cuales no son amigables con el ambiente y representan un riesgo para el ecosistema. La modernización a lámparas led ha costado un poco porque el sistema de alumbrado público solo cuenta con 15 mil postes en los lugares más concurridos de la capital.
¿Cómo se solucionaría todo?
Desde la estatal eléctrica se conoció que para alumbrar por completo la ciudad se necesitan alrededor de 90 mil lámparas, lo que constituye una gran inversión monetaria.
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Portillo dijo que “para iluminar la capital se necesitan unos 300 millones de lempiras y así cambiar el antiguo alumbrado público”.
