Comayagüela, Honduras
Las grietas y filtración de agua en las paredes de las viviendas de la residencial Laureles Real se han agravado con las últimas lluvias.
Estas condiciones son la evidencia del peligro en que viven los vecinos de este proyecto habitacional.
Un alto porcentaje de las casas que comenzaron a ser edificadas en 2011, a seis años de iniciarse el proyecto, amenazan con derrumbarse.
Desde 2015 las primeras viviendas del bloque B comenzaron a mostrar fragilidad al reportar hendiduras en las paredes y la destrucción del piso por el desplazamiento del suelo.
En ese momento los daños se visualizaban en unas seis casas, pero en la actualidad son unas 21 las que presentan problemas, de los bloques B, y C. De estas unas 15 se encuentran deshabitadas.
“Al darse los primeros daños ingresamos la información en el Ministerio Público (MP) y la Fiscalía del Consumidor, pero hasta la fecha no hemos tenido respuesta, siempre nos dan largas”, expresó John Cortés, uno de los afectados.
También se interpuso una denuncia en el Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Conadeh), pero sin ningún efecto.
De acuerdo con los vecinos hace unos días visitaron el MP para conocer si el caso ha logrado avances, pero fueron informados que continúa el proceso de recolección de información.
“Ya no queremos más largas, este es un problema de riesgo, con las lluvias de este invierno los problemas se han agravado, hay más grietas en las viviendas y la filtración de agua por el muro de contención es mayor”, recalcó Cortés.
Sumado a las denuncias en los entes estatales, los afectados interpusieron una demanda contra la constructora, ya que esta prometió hacerse cargo de los daños, pero que hasta la fecha no ha cumplido con lo prometido.
“Queremos una indemnización ya que nos sentimos estafados tanto por la agencia bancaria que financió este proyecto como por la compañía constructora”, dijo el entrevistado.
Sin servicios
La comunidad a la fecha carece del servicio de agua potable, pues aunque se les prometió la constructora no cumplió.
Iris Ordóñez, otra afectada, dijo sentir temor de morir aplastada por la caída del muro de contención que fue edificado en la parte alta para reducir la vulnerabilidad del bloque D.
Y es que la humedad que fluye a través del muro se filtra en su patio trasero.
“Todos los días reviso el techo de mi casa, porque de este muro cayó meses atrás una piedra que rompió la lámina, nosotros tememos por nuestras vidas”, manifestó Ordóñez.
El proyecto habitacional de acuerdo con un dictamen de la Comisión Permanente de Contingencias se construyó en una zona con una amenaza baja a deslizamiento, sumado a la carencia de drenajes de aguas lluvias.
