Tegucigalpa

Vecinos de residencial Las Hadas de la capital denuncian comercios ilegales

Los vecinos de la residencial Las Hadas aseguran que debido a los comercios ilegales se ha generado un verdadero caos vehicular
08.06.2024

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-En Las Hadas, residencial ubicada en el sur de Tegucigalpa, reina la ley del “más fuerte”. Según denuncias recibidas en EL HERALDO, tres o cuatro negocios tienen sometidos a los vecinos, sin que nadie, comenzando por la Alcaldía, tome cartas en el asunto.

Aquí -señalan los vecinos- estamos a la mano de Dios. Convertido en zona de paso de vehículos, a Las Hadas entra y sale el que quiera, a la hora que le dé la gana. Los más beneficiados son, como siempre ocurre, los delincuentes.

“Somos una residencial R2. Según la ley, aquí está prohibido que haya negocios, pero eso no se cumple. Además del caos que provocan y escándalos con altoparlantes, los clientes de estos negocios obstruyen el paso de los carros, se estacionan frente a los portones de las casas particulares”, expresó un vecino.

“¿Su nombre? Mejor no lo doy... usted sabe, esta gente no anda con cosas”. Y así quedó demostrado en estos días.

El patronato instaló rótulos para anunciar que los negocios están prohibidos en Las Hadas, pero más se tardaron en colocarlos, que manos anónimas en vandalizarlas.

Edificios históricos en Tegucigalpa son poco aptos para el comercio

“Simple y sencillamente las mancharon con pintura negra y borraron los mensajes. Aquí impera la ley del más fuerte, de la ley de la selva”, señala una habitante de Las Hadas.

Empleados de la alcaldía reconocieron que hay violaciones a la ley, pero que no pueden hacer mucho para clausurar estos negocios, algunos de ellos clandestinos.

El colmo es que hace unos meses, los vecinos iniciaron la colocación de casetas en las entradas de la colonia. Una noche, las casetas fueron atacadas a balazos; luego fueron destruidas.

Aquello de “en río revuelto, ganancia de pescadores” queda evidenciado en Las Hadas, a donde llegan compradores de chatarra, hierro y obras, a tempranas horas, incluso sábado y domingo, con altoparlantes que despiertan a los vecinos.

También es el paso de grupos de motocicletas que pasan en horas de la madrugada provocando un escándalo con los pitos.

Mientras algunos vecinos luchan, otros, la mayoría, son apáticos. Incluso, hay quienes estacionan sus vehículos en las pocas zonas verdes que hay en Las Hadas.

“Uno sabe cómo comienzan las cosas, pero nunca cómo terminan. Esto es un mercado, una colonia peligrosa en la que personas ajenas a ella hacen lo que les da la gana. Hemos perdido la paz; tenemos miedo”, sentencia un vecino.

Parquímetros digitales en Tegucigalpa: la nueva apuesta de la Alcaldía
Tags: