Tegucigalpa

VIDEO: Hondureños conmemoran Domingo de Resurrección

Capitalinos acudieron con júbilo al solemne encuentro con Jesús resucitado en procesiones.

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21.04.2014

Y encontraron el sepulcro vacío.

Rompía el alba, el sol brillaba radiante en la bóveda celeste, el canto de los pájaros alegraba la mañana, no era un domingo cualquiera.

En la fiesta más grande que registra la historia, el Domingo de Resurrección, la feligresía católica capitalina acudió desde tempranas horas al encuentro con el resucitado. Esta es la solemne procesión conocida también como las Carreritas de San Juan, que se celebró en Tegucigalpa y Comayagüela, cuya tradición se basa en los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

Júbilo

Las imágenes procesionales que acompañaron el cortejo fúnebre del santo entierro el Viernes Santo, en cuyos rostros se reflejan el dolor y vestían trajes luctuosos, ahora lucían sonrientes.

Desde la Virgen de la Soledad, los apóstoles San Juan y San Pedro, la Verónica, Magdalena y María Martha, con su ropaje elegante y sobrio, daban muestra de la alegría de ir a encontrarse con el Señor Resucitado, que lucía un traje blanco símbolo de pureza, sin dejar de mostrar las llagas dejadas en su costado, pies y manos luego de la crucifixión.

Las imágenes eran transportadas de un lado a otro en señal de que transmitían con alegría y júbilo la buena noticia de que Jesús venció a la muerte y que se cumplió la promesa revelada en las escrituras de resucitar al tercer día.

Los primeros en salir fueron los ángeles y los arcángeles, seguidos de la Magdalena y San Juan.

El momento más emocionante y esperado es el encuentro del Señor resucitado con su madre, representada en la imagen de la Virgen de la Soledad.

El regocijo espiritual se apoderó de los presentes, quienes gritaban “¡El Señor resucitó!” al momento que aplaudían, y se escuchaba la marcha triunfal interpretada por la banda.

Es por ello que las Carreritas de San Juan, además de ser una procesión solemne, es una de las más alegres y con ella se cierran las celebraciones de la Semana Santa.

Este evento que tiene una duración de 30 minutos, además de ser una dramatización simboliza el acto sacramental en el que el discípulo amado ve a Cristo vencedor de la muerte.

En Tegucigalpa, la escultura del Cristo Resucitado ha despertado la devoción y entrega de la familia Banegas García.

Hace más de 50 años, los hijos de don Cornelio Banegas (QEPD) y de doña María García, además de otros familiares y amigos, son quienes se encargan de cargar esta santa imagen.

“Hace más de 50 años que cumplimos no solo con esta tradición, sino devoción con la imagen del Señor Resucitado. Con anticipación nos encargamos de decorar el anda con flores y preparar la escultura”, manifestó Rubén Banegas.

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